Manual de atención de salud para personas sordas o con pérdida auditiva

Los usuarios con pérdida auditiva 2 No hay dos personas con sordera o hipoacusia iguales, por esta razón existirán diferencias notorias en cómo se comunican. En adultos mayores con presbiacusia, niños implementados con ayudas auditivas o adultos con pérdidas auditivas posteriores a su niñez, la hipoacusia sólo se hará evidente en situaciones de mayor exigencia, como al hablar con mucho ruido de fondo o frente a muchas personas. También existe un grupo cuya comunicación es a través de lengua de señas, quienes pueden o no manejar la lengua oral, lengua escrita o lectu- ra de labios. Las personas de este grupo suelen pertenecen a la comunidad sorda con costum- bres propias que establecen la llamada “cultura sorda”. Es importante entonces reconocer estas difer- encias y poder adaptarnos a cada persona en particular y a sus necesidades de comunicación como profesionales de la salud. La lengua de señas y la cultura sorda 3 A la comunidad sorda signante, es decir, que utiliza la lengua de señas, se le ha atribuido características de cultura propia: la cultura sorda. Ésta tiene particularidades y tradi- ciones, una de ellas y la más importante es justamente la lengua de señas. Como costumbres y tradiciones podemos describir: poner apodo o gesto a cada perso- na, utilizar elementos visuales de aviso, reuniones prolongadas y en espacios con condiciones determinadas, entre otras. La lengua de señas es una comunicación de modalidad visual-gestual, propia de las perso- nas sordas no oralizadas y es parte del patri- monio de la cultura sorda. Esta lengua es única y diferente en cada país y región. En el nuestro, por ejemplo, la Lengua de Señas Chilena (LsCh) cambia, de acuerdo a las variantes de cada zona geográfica. Manual de atención de salud para personas sordas o con pérdida auditiva 06

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