Rostro de Chile: reencuentro con la exposición original de 1960
fotográfico4 de lo que sería la futura exposición Rostro de Chile , y que finalmente adquirió su peso específico tres años después en los patios de la Casa Central de la Universidad de Chile. Subvirtiendo lo que parecía adherirse a una losa en la que no podía crecer nada incierto –como habitualmente creemos pensar la vida pétrea universitaria–, y anticipando lo que luego vendría codificado bajo la luz de una cultura fotográfica,5 surgió no solo una forma de revelar y exhibir una colección de imágenes comunes para el país, sino además una forma de mirar ese país en el rostro de quien lo mira. Las imágenes de Rostro de Chile se exhibieron a la vista de transeúntes que circulaban por las puertas de la Casa Central en plena Alameda, luego de su inauguración el 13 de octubre de 1960 y, posteriormente, en la Feria de Artes Plásticas realizada en el Parque Forestal, en diciembre de ese mismo año. Estos transeúntes miraron las fotografías como quien mira abstraído un inmenso 4. En las primeras páginas legales o de créditos del libro Autorretrato de Chile (1957), se consigna el aporte del Servicio de Foto-Cinematografía de la Universidad de Chile, cuyas contribuciones fotográficas correspondieron a Raúl Barrientos, Roberto Montandón, Domingo Ulloa, Baltazar Robles y Edmundo Urrutia. Igualmente cabe destacar el delicado trabajo editorial, tipográfico y visual del diseñador Mauricio Ámster. 5. Se debe consignar el trabajo el trabajo emprendido por el fotógrafo Antonio Quintana una vez retornado del exilio producto de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia (conocida como “ley maldita”), aquella que dejó en la ilegalidad al Partido Comunista en 1948. A mediados de los cincuenta, Quintana, junto al poeta Pablo Neruda, iniciaron un proyecto de fotopoesía bajo el título Las Piedras de Chile , y al mismo tiempo otro proyecto que el fotógrafo denominó Las manos de Chile , en el cual Quintana levantó un acervo fotográfico de manos de campesinos y trabajadores. Ambos fueron innegables antecesores nominativos y visuales de lo que sería entonces Rostro de Chile . Véase, NERUDA, P. (poesía) Y QUINTANA, A. (fotografía). (1960). Las Piedras de Chile , Buenos Aires, LOSADA; MONTECINO, S. y ARAYA ESPINOZA, A. (2001). Materia y memoria. Tesoros patrimoniales de la Universidad de Chile . Santiago, Tinta Azul-Ediciones Universidad de Chile, 2011, pp. 64-73. paisaje cordillerano, encontrando ahí rastros y comportamientos igualmente peregrinos. Dicho de un modo ciertamente fronterizo entre imagen y espacio, la exposición del sesenta instaló el anhelo incumplido de la democratización de la imagen en el lugar de lo público. Tratándose de una colección de imágenes producidas por el Laboratorio Central de Fotografía y Microfilm de la Universidad de Chile, se puede llegar a sostener que antes de alcanzar el canon de la custodia que subyace a toda colección de archivo, Rostro de Chile se configuró como un colosal álbum expuesto. A partir de la primera exhibición en 1960, sus gestores tuvieron que pensar y comprender rápidamente la razón de exhibir en lugares en que el documento original perdería su condición singular y única, y, junto con ello, se desplazaría de su confortabilidad hacia el espacio de lo público, lo extraño y lo perplejo. 2 A mediados de 1960, solo a meses del brutal maremoto que arrasó con las costas de la ciudad de Valdivia, el grupo de fotógrafos, académicos y gestores universitarios a cargo de la exposición tuvo que plantearse el dilema de seleccionar entre más de 7.000 fotografías realizadas en todo el país, pero prescindiendo de las imágenes de la catástrofe en el sur. Considerando el peso del acontecimiento, no es insignificante la decisión tomada principalmente por el equipo de fotógrafos compuesto por Antonio Quintana, Roberto Montandón, Mario Guillard y Domingo Ulloa, al definir un recorrido por el territorio chileno dejando solo insinuada la paradoja lúgubre de la vida telúrica.6 Al igual que las naturalezas inhumanas, al igual que el verso de Jorge Teillier, la tierra de 6. Véase Memorándum Nº36 de Roberto Montandón al Secretario General de la Universidad de Chile, Álvaro Bunster, en el que expone los argumentos de esta decisión discutidos con Antonio Quintana, reproducido íntegramente en este libro.
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