Rostro de Chile: reencuentro con la exposición original de 1960

un punto de partida. Para ser más preciso, se trata de un país no expuesto y, por tanto, fue un desafío construir un corpus que capturara las complejidades formales, a nivel geográfico, por parte de quienes recorrieron por cerca de dos años el país de extremo a extremo, registrando y plasmando diferentes aspectos del territorio y de sus habitantes. La noción de proyecto en Rostro de Chile se basa y sustenta necesariamente en lo colaborativo y lo experimental. Es decir, requiere de un grupo de personas que acuerde modos de abordar y de construir un relato desde un cúmulo de miradas autorales, para dar soporte a una propuesta multifocal, metáfora fotográfica que permite señalar que cada autor propone desde su lugar de ver el mundo, un modo de aportar colectivamente, la mirada propia en colaboración con la de otros para dar sustento a una imagen que busca ser reflejo de un país. A esto se suma la mirada institucional que comprende su rol fundamental en torno a la necesaria construcción de identidad cultural para ese momento histórico, la cual se hace pertinente por el recurso medial de la fotografía. Desde otro lugar, la noción de proyecto se hace pertinente. Dado que la aproximación y enfrentamiento hacia lo real, hacia las posibles contingencias y encuentros que suponen un modo de proceder y aproximarse desde lo fotográfico, en tanto la recurrente observación del territorio; geografías, paisajes, habitantes, quehaceres, ritos y costumbres, cuyas variables dan cuenta de una necesaria estructura de abordaje que se suspende por el recorrido y trayecto del fotógrafo, el cual emerge desde una postura en tránsito. Es así como muchos fotógrafos declaran que la construcción de obra se suspende por la noción de proyecto, dado que no se presume el acto fotográfico más allá de las premisas trazadas para un recorrido, para un transitar, en el entendido de que la única manera de aproximarse a los contextos es conviviendo y estando en un estado de recepción/percepción del o los acontecimientos, sugiriendo una poética de la conquista del espacio comunitario. De esta forma, lo colectivo y colaborativo dan sentido a la construcción de un registro de una identidad desconocida y a la vez fragmentada, no expuesta, modelo ante el cual comparecen un grupo de fotógrafos nacionales de mediados del siglo XX, considerados hoy verdaderos referentes para varias generaciones, los cuales fueron liderados por Antonio Quintana y Roberto Montandón, a quienes se sumó un joven Domingo Ulloa, y otros fotógrafos invitados Mario Guillard y Baltazar Robles que formaban parte del Laboratorio Central de Fotografía y Microfilm, o como colaboradores externos de la talla de Luis Ladrón de Guevara y más tarde Patricio Guzmán Campos y Sergio Larraín.3 Este proyecto de largo aliento, de escalas y magnitudes desbordadas –el “sueño” como lo plantea Antonio Quitana– tiene como soporte un espacio inédito para el Chile de la época: el Laboratorio Central de Fotografía y Microfilm de la Universidad de Chile.4 La única manera de proporcionar coherencia formal a la producción multifocal, más allá de las miradas autorales, lo que supone una multiplicidad de desafíos técnicos desde los elementos disponibles en el mercado como también las definiciones específicas de lo técnicamente fotográfico, hacen necesariamente comprender que existe claridad sobre otro elemento que se suspende en lo fotográfico: la noción de lo editorial. Desde todo punto de vista, el fotógrafo es editor. Su primera decisión para editar es la 3. En muchas publicaciones se consignan los nombres de Patricio Guzmán Campos y Sergio Larraín como fotógrafos que hicieron parte de Rostro de Chile . Esta investigación confirma que ellos solo fueron invitados en las itinerancias en el extranjero que inician en el año 1966. Cuando los negativos fueron encontrados en la Colección Archivo Fotográfico del Archivo Central Andrés Bello, se consignaron como parte del catálogo, sin embargo no fueron parte del proyecto original de la exposición ni colaboradores en la muestra en patios de la Casa Central en 1960. 4. Departamento creado al interior de la Universidad de Chile a fines de la década de los 40.

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