Rostro de Chile: reencuentro con la exposición original de 1960

236 / 237 Análisis del montaje original: una propuesta curatorial de educación visual cotidiana y propia a través de la fotografía El montaje de Rostro de Chil e, del cual contamos con 40 fotografías de registro de piezas claves para su reconstrucción y una imagen de una maqueta de la museografía (incluida en este libro), nos muestran un recorrido laberíntico. Me atrevo a decir que no es solamente una solución circunstancial de acuerdo con el espacio disponible, los patios de la Casa Central de la Universidad de Chile, sino que la disposición de los paneles también presenta un diálogo a partir del recurso de enfrentar imágenes que rompen el recorrido lineal de norte a sur o de temáticas, como el mineral, la ciudad, la agricultura, la cordillera, entre otras. A través del análisis del levantamiento de las plantas, tanto de Casa Central como de las primeras itinerancias, se deja entrever que hay una intención en el montaje de las relaciones visuales entre fotografías. Por ejemplo, un camino serpenteante en Carretas camino al molino (RCH22_228, panel Nº67) en la zona de Cautín se conecta con un río serpenteante en Los meandros de un río patagónico (RCH22_294, panel Nº89 ). Las relaciones visuales entre paneles no permiten que cortemos el hilo conductor del relato curatorial. Asimismo, intuyo una preocupación de los fotógrafos por generar una buena fotografía. Puede parecer un análisis básico de mi parte al plantear que las obras presentan composiciones correctas, búsqueda de equilibrio, espacialidad, luces y sombras, profundidad, distancia de planos, rica gama de grises o la sugerencia de movimiento a través de la intencionalidad de diagonales. Creo que hay una propuesta visual, esta es la de educar a través de la fotografía: si se logra una buena fotografía, se logra educar a través de ella.5 El lenguaje que quiere transmitir Rostro de Chile es que las imágenes dialogan entre sí, su montaje permite que el espectador encuentre dichas claves del lenguaje visual en una lectura que las enfrenta y confronta rompiendo la lectura alfabética de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda. La fotografía permite democratizar dicha educación visual. Este lenguaje tiene claves visuales, por ejemplo, espacios comunes en las distintas latitudes del territorio, elementos geográficos y naturales, tales como ciertos tipos de árboles, montañas, cactus, animales, rocas, cielos y nubes. Quien observe va a encontrar elementos que son comunes y propios en su cotidiano, eso le permitirá ingresar y dialogar con la imagen, y la respuesta que pueda existir va ser personal, y no un lenguaje unilateral y cerrado. También permite conocer el territorio en clave común, no solo sorprendernos con una hermosa fotografía del paisaje. Cualquiera de nosotros se ha detenido alguna vez en el camino para descansar y contemplar el espacio que nos rodea, como en la imagen Un alto en la senda , Sierra de Tarapacá de Roberto Montandón (RCH22_018 / CC_D_4582, panel Nº9 ). Esa sensación de ocio, del observar y ser parte de un todo es una sensación universal que nos conmueve a todas y todos. 5. Como sostiene Lászlo Moholy respecto a la relación entre fotografía y educación en su artículo “Fotografie inst Lichtgestaltung” (1928): “No es el que ignore la escritura, sino el que ignore la fotografía”, se ha dicho, “será el analfabeto del futuro” (cit. en Benjamin, W. (2005). Pequeña historia de la fotografía, en Benjamin, W. Sobre la fotografía, Valencia, Pre-textos, 52-53).

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