El cultivo del duraznero hacia el siglo XXI
63 evidente y significativa una debilidad que tenía relación con cambios relevantes en las normas de propiedad intelectual y licenciamiento de las obtenciones vegetales. Chile dependía de variedades desarrolladas por otros países como Estados Unidos, Italia, Francia, Nueva Zelanda, entre otros, que comenzaron a restringir el acceso a través de la formación de clubes e incluso limitando la posibilidad de producción de países competidores como Chile. Por otra parte, estas variedades habían sido seleccionadas en climas-suelos distintos a los de la zona central de Chile o condiciones de comercialización diferentes y, por ejemplo, su desempeño en poscosecha no era suficiente para las exigencias y desafíos de la industria chilena de exportación de fruta fresca. Por esta razón, para mantener la competitividad de la industria fue necesario implementar y llevar adelante programas de mejoramiento genético que permitieran reducir los niveles de dependencia tecnológica y desarrollar nuevas variedades adaptadas a las condiciones agronómicas y comerciales de la industria frutícola chilena. Aunque las primeras iniciativas de mejoramiento genético frutal en Chile partieron en el INIA en la década del 80, casi 20 años después, comenzó el primer programa de mejoramiento genético de nectarinas. Este programa liderado por la Universidad de Chile y financiado principalmente por CORFO ha continuado activo y con gran éxito hasta la fecha, el cual está terminando un ciclo con la publicación del presente libro. Biotecnología ymejoramiento genético A pesar de la visión de las universidades y centros de investigación sobre la urgencia de contar con programas de mejoramiento y su rápida implementación a través de la articulación de agentes públicos y privados, el desarrollo de nuevas variedades es un proceso lento y costoso. La selección de parentales superiores, la realización de cruzamientos, la generación y establecimiento de individuos en terreno y su posterior evaluación agronómica y selección en múltiples etapas, es un proceso que requiere, en el mejor de los casos, entre 10 a 12 años para obtener una nueva variedad. De esta manera, pareció necesario apoyar los programas con iniciativas de distinta magnitud que tuviesen por objetivo el desarrollo de herramientas biotecnológicas que mejorarán la eficiencia (en término de tiempo y/o costos) y el desarrollo de nuevas variedades. En 2002, el Dr. Ralph Scorza (USDA) visitó Chile invitado precisamente por el programa de la Universidad de Chile, y se refirió al uso de herramientas biotecnológicas como apoyo al desarrollo de nuevas variedades. En esa ocasión, planteó dos estrategias principales: Transgenia y Selección asistida por marcadores. Para la primera de ellas, al menos en ese momento, el potencial de introgresar material genético (genes) desde un individuo donante a otro receptor para modificar su desempeño/fenotipo de interés era inmenso. Por otra parte, aún no estaba claro (20 años atrás) temas regulatorios asociados a los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y de qué forma este tipo de desarrollos podría ser un diferenciador negativo de los productos chilenos en los mercados de destino (sobre todo en Europa). Con un ejemplo didáctico, el Dr. Scorza, comparaba la transgenia con una estrategia para, en un juego de póker, traer una carta específica desde otro mazo para mejorar la mano y completar el “full” de ases. De hecho, 15 años después (2007) fue aceptada la patente en Estados Unidos de una variedad transgénica de ciruelo, ‘HoneySweet’, resistente al Plum Pox Virus (PPV) desarrollada por el Dr. Scorza quien, junto a su equipo, aislaron un gen del PPV que codifica a una proteína en la cubierta externa del virus, que luego fue insertada en un tejido embrionario de la variedad de ciruelo ‘Bluebyrd’, dando origen a ‘HoneySweet’. Actualmente, las tecnologías de edición de genomas (editar el genoma de un individuo sin necesidad de importar material genético foráneo para modificar un fenotipo de interés) han abierto la puerta para el desarrollo de productos editados genéticamente para el consumo humano. La segunda estrategia que presentó el Dr. Scorza ensucharla fue laselecciónasistidapormarcadores moleculares como apoyo al mejoramiento genético. Marcas a nivel de ADN ligados a caracteres de interés que permiten realizar una selección muy temprana (en la etapa de plántulas) y con una cantidad de muestra mínima (1-2 hojas) de individuos con características determinadas a partir de la técnica de Reaccion en Cadena de la Polimerasa (PCR del inglés “Polymerase Chain Reaction”). En esta ocasión, desarrolló la idea que la selección asistida consistía, siguiendo con el
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