El cultivo del duraznero hacia el siglo XXI
13 afectar la selección rigurosa de la mejor variedad. En nuestro programa se establecieron formas de trabajoque consideranobjetivamente laevaluación de la calidad sensorial de los individuos. El primer nivel de evaluación es el comúnmente utilizado por los demás programas, vale decir el juicio del breeder y del resto del equipo que ya posee algún grado de entrenamiento para dicha evaluación. Este es un criterio previo que sólo se usa para eliminar algunos individuos de baja calidad. El segundo nivel de evaluación sensorial es la evaluación basada en agentes de la industria, quienes degustan, en días de campo abiertos, las selecciones. La evaluación se realiza en una escala de Likert de cinco niveles y es respondida por 15 o más personas en cada oportunidad. Existen otros dos niveles de evaluación de la calidad sensorial, que son objetivos y que se aplican ya a las selecciones que han alcanzado un mayor avance. Así, el tercer nivel de evaluación es aquel en que la fruta es evaluada por un panel sensorial entrenado, permitiendo generar datos objetivos de las características gustativas de la selección. El último nivel es solo para las selecciones pre comerciales, que consiste en evaluar la calidad sensorial por consumidores. Este es un proceso que se ha realizado tanto en Chile como en Estados Unidos y Europa y en él participan, al menos, 100 consumidores. La evolución de los criterios de selección de las nectarinas del programa da cuenta de un proceso de maduración tecnológica, que permite que hoy dispongamos de seis variedades con el mayor potencial para soportar largos periodos de conservación a baja temperatura y que además exhiban la mejor calidad sensorial. Los métodos de mejoramiento genético en duraznero El siglo 20 podría ser recordado como la “Edad de Oro” del mejoramiento genético del duraznero (Sansavini et al., 2005). Fue una época en la cual se crearon cientos de nuevas variedades, con estimaciones tan altas de 100-130 nuevas variedades en ciertos años, y se mejoraron ciertas características de calidad tales como el tamaño del fruto, la coloración rojiza de la piel, la relación pulpa/carozo, etc. Esta incomparable, y probablemente, irrepetible situación estaría vinculada principalmente a la extensión del calendario de cosecha de 2-3 meses a 5-6 meses y a un menor requerimiento de frío de la especie, que permitió que el cultivo se extendiera hacia climas subtropicales. El duraznero es considerado como una especie modelo para estudios genéticos en plantas leñosas, en cuanto tiene un genoma relativamente pequeño y ya secuenciado, es diploide y auto fértil, tiene una breve fase juvenil y tiene muchos caracteres, de importancia económica, con comportamiento monogénico. El mejoramiento genético de duraznero/nectarino es realizado, en todos los programas vigentes, a través de cruzamientos intraespecíficos, vale decir entre individuos de la especie Prunus persica , y mediante la posterior selección de los individuos superiores en la progenie, como fue también realizado en el programa nacional. Es un método adecuado para una especie como el duraznero, la cual, por su carácter autofértil, es bastante homocigota en comparación con otras especies del mismo género, como ciruelo y almendro, especies autoincompatibles. Eso se traduce en que las progenies de duraznero/nectarino derivadas de los cruzamientos controlados muestren un fenotipo muy similar entre todas las “plantas hermanas”, existiendo un alto nivel de consanguinidad entre las variedades hoy presentes en el mercado. Además, el mejoramiento de la especie busca mejorar caracteres poligénicos con efectos aditivos, que producen pequeñas variaciones en el fenotipo. Normalmente en un programa de duraznero/ nectarino no se generan variedades con fenotipos tan disruptivos en relación al estándar ya existente para la especie. En duraznero los avances genéticos son pequeños, pero significativos. Por ejemplo, dos variedades de nectarina que se cosechan el mismo día y tienen similar productividad, forma de fruto, color de piel y pulpa y sabor, pero una de ellas tiene un potencial de poscosecha de una semana más que la otra, ese solo avance es muy significativo y la convierte en una variedad distinta y superior. El programa chileno se ha basado en el uso de germoplasma lo más diverso posible, buscando justamente que la consanguinidad se reduzca, sin llegar al uso de landraces o germoplasma no domesticado. Como los objetivos del programa son la calidad sensorial y el potencial de poscosecha de la fruta, los cuales son clásicos caracteres de control poligénico y además con bastante influencia ambiental, no se justifica utilizar en el plan
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