Historias de vida de directoras escolares: contexto y voces

73 HISTORIAS DE VIDA DE DIRECTORAS ESCOLARES: CONTEXTO Y VOCES REFLEXIONES FINALES DIRECTORAS QUE SUPERARON LOS OBSTÁCULOS DE GÉNERO EN SUS HISTORIAS PERSONALES Y PROFESIONALES Andrea Carrasco Sáez Las cuatro historias de vida presentadas dan cuenta de cómo las trayectorias de mujeres pro- fesionales chilenas han estado marcadas por contextos altamente masculinizados (Blackmore, 2017). Excluidas de los espacios de poder (Barberá et al ., 2011), han lidiado con diversos obstá- culos durante toda su vida. Los obstáculos se han presentado en distintos momentos de sus carreras profesionales y personales, y dan cuenta de los prejuicios existentes en torno al gé- nero y de un “techo de cristal” (Segerman-Peck, 1991) que no opera solo como un “techo”, sino como barreras invisibles presentes en distintos ámbitos de la vida de las mujeres protagonistas de estas historias. Alondra, Vilma, María Eliana e Irene, en épocas diferentes, vivieron el sesgo de género que caracteriza a nuestra sociedad: prejuicios laborales por ser mujer, la maternidad como un obs- táculo, la dificultad de conciliar las tareas del trabajo con las tareas del hogar y horas de trabajo no remunerado (segundas y terceras jornadas). Aquí están instalados los estereotipos que establecen que las mujeres tienen como responsa- bilidades primarias el cuidado del hogar y las tareas domésticas (Morgade, 2001; Cabrera, 2005; Coleman, 2007). Lo estereotipado como “femenino” ha obligado a que las mujeres demuestren características afines a dichos perfiles (Arar y Oplatka, 2014). En particular, el ser madre arrastra consigo una serie de responsabilidades que tradicionalmente han sido asociada a este es- tereotipo lo que genera un alto nivel de exigencia. En este marco, no resulta extraño que las mujeres protagonistas de estas historias desarrollen su trabajo profesional y laboral comple- mentándolo con tareas del hogar o con esta demanda de complementar vida laboral con vida personal. Las diversas presiones que viven las mujeres a la hora de acceder a un cargo con grandes responsabilidades van configurando una imagen a la cual deben adecuarse. En esta línea, se observa en las narraciones de las protagonistas la tendencia a construir su trayectoria perso- nal y profesional asociada a la imagen de una “gerente ideal” (Moorosi, 2007). Esta imagen se construye como una respuesta a la masculinidad hegemónica imperante en la sociedad, apa- reciendo la figura de la “mujer máquina”, caracterizada como una mujer que vive su desarrollo profesional sin descuidar sus labores del hogar y el cuidado de los hijos. Es así como las directoras, al acceder a su cargo, viven una doble presión que les indica cumplir todas las tareas que le son dispuestas, tanto las profesionales como las que tradicionalmente se le han atribuido en el cuidado del hogar (Rivas Rivas y Rodriguez Moreno, 2008). Su desarro- llo profesional, por tanto, se sobrecarga y condiciona por las tareas y responsabilidades de la vida personal. En lo que respecta a la maternidad (cuidado de hijos/as), las directoras protagonistas cuentan que existe una fuerte carga asociada a la posibilidad de compatibilizar esta con su rol profe- sional. Así, resulta reiterada en sus discursos la idea de abandono que pesa sobre ellas al te- ner que destinar menos tiempo al cuidado de sus hijos/as por deber cubrir responsabilidades laborales. La culpa aparece como una emoción reiterada al momento de hablar de los hijos/as. Para cumplir con las exigencias socialmente impuestas se debe recurrir al apoyo de otras inte- grantes de la familia, como madres y hermanas, así como al servicio doméstico (Moorosi, 2010).

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