Historias de vida de directoras escolares: contexto y voces
12 HISTORIAS DE VIDA DE DIRECTORAS ESCOLARES: CONTEXTO Y VOCES de las cuatro historias, refleje la autoría de Vilma Cruzat, Alondra Zúñiga, Irene Ramírez, y María Eliana Díaz. No solo en este texto, sino en otros ya publicados así lo ha hecho (Carrasco y Diaz, 2021). Reivindicando tras tantos años la visibilidad de las mujeres, sería una contradicción que aquí no se reconociera dicha autoría. Pero, además, en los últimos años se ha reconocido que esta “voz diferente” (Gilligan, 2013) tiene un conjunto de virtudes en las relaciones humanas que no las queremos como exclusi- vas de las mujeres, sino de cualquier persona: cuidado, empatía, confianza, escucha receptiva, relaciones afectivas, etc. Esta relevante dimensión la ha tratado la editora de este libro en dis- tintos artículos (Carrasco, 2021; Carrasco y Barraza, 2020; 2021). Justamente porque aquí no la trata de manera explícita en el marco conceptual (más orientado al contexto sociológico), voy a destacarla a continuación, vinculada al liderazgo en la escuela poscovid. Vaya por delante, para evitar equívocos, que, como destacó Carol Gilligan (2013), “en un contexto patriarcal, el cuidado es una ética femenina; en un contexto democrático, el cuidado es una ética humana”. Y es que, como advierte en su presentación Victoria Camps (2021), “el cuidado y la asistencia no son asuntos de mujeres, sino intereses humanos”. La pandemia y lo que ha supuesto como vivencia, nos ha obligado a tomar conciencia de un cambio de paradigma o de marco mental distinto, dice Victoria Camps (2021) en su libro dedicado al tema, para vernos como “seres in- terdependientes y relacionales, empáticos con los semejantes y atentos a los requerimientos del planeta que estamos deteriorando. Un cambio de paradigma capaz de equilibrar razón y sentimiento” (p.11), en lugar de concebirnos como sujetos autónomos, racionales y capaces de dominar cualquier fenómeno adverso. La ética del cuidado es una ética de la solidaridad que reclama la necesidad de afecto, ayuda, compasión, compañía y cuidado de los individuos. Es un contrapunto al pensamiento racionalista que ignora los sentimientos (y olvida, por tanto, los motivos para ser moral). La ética del cuidado insiste en la importancia de las formas, actitudes y hábitos, no solo normas, y habla de la necesidad de atender las situaciones concretas, de personalizar, de atender las diferencias. Esta cultura y ética del cuidado debiera generalizarse, hacerse pública, permear a todos los ciudadanos, desligarse del género de las personas y con- vertirse en un valor humano. Junto a Carol Gilligan, Nel Noddings (1984) ha sido la otra gran filósofa que mejor ha concep - tualizado la ética del cuidado. La verdadera educación se juega en la relación que se genera en el encuentro con el otro. El diálogo juega un rol central en su idea de una relación de cuidado. Como dice Nel Noddings (2012), y esto es aplicable a la dirección escolar, se trata de crear un clima para el cuidado: un clima en el que puedan florecer las relaciones afectivas debería ser un objetivo para todos los profesores y los responsables de la política educativa. En un clima así, podemos satisfacer mejor las necesidades individuales, impartir conocimientos y fomentar el desarrollo moral de las personas. (p.777) En la base de una comunidad profesional de aprendizaje está haber logrado una caring comu- nidad. Mas allá de las relaciones diádicas entre individuos en el aula, con lo importantes que son, nos interesan ahora los procesos utilizados por los líderes escolares cuando se esfuerzan por generar una cultura del cuidado en las escuelas (Ryu et al ., 2020) que se convierte en una dimensión de la cultura organizativa, trascendiendo las relaciones individuales. En el centro de la discusión actual están las implicaciones en la investigación y en la práctica de los factores que facilitan y limitan los esfuerzos de los líderes para crear una cultura del cuidado. A su vez, en las relaciones de las/os directoras/es con su profesorado, al igual que los profeso- res en clase con sus estudiantes, debe primar una escucha receptiva, como “una poderosa he- rramienta intelectual”. Aunque, desde la perspectiva de la teoría del cuidado, es más que eso:
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=