Régimen de gobierno y sistema político: elementos para el debate constitucional
31 Régimen deGobierno y Sistema político: Elementos para el debate constitucional. y Desarrollo Regional, 2014). Por ende, independientemente de si la opción será la conformación de un Estado unitario o federal, es imperioso que se impulse y consolide un real proceso de descen- tralización que ceda poder en la toma de decisiones a las regiones. La tradición centralista en Chile posee diversos niveles. En efecto, esta se puede constatar del período colonial, en especial de las con- secuencias derivdas de las llamadas reformas borbómicas, en el siglo XVIII, así como también del modelo francés posrevolucionario, que intentaba terminar con las inequidades y desigualdades de la fase anterior mediante la aplicación de una legislación transversal al territorio (Véliz, 1984). La discusión sobre la descentralización es de larga data e incluso conecta con la génesis de la nación en que precisamente muchas ciudades que participaron activamente en la temprana conformación de la República lo hacen sobre la promesa de implementar medidas que distribuyan territorialmente el poder (Langford et al., 2017). Por ejemplo, la elección de Intendentes se contempló en las constituciones de 1828 y en la de 1833 sin que se hubiere implementado. La frustración de la promesa descen- tralizadora en la incipiente República se vincula con la noción de orden público que llevó a recurrir constantemente a la declaración de estados de excepción constitucional y al ejercicio de la autoridad presidencial en el plano territorial a través de la figura histórica de los intendentes. Así, la transición del denominado período de anar- quía, o de ensayos constitucionales, pese a ser más breve que en otros países de la región, alcanzando cierto grado de estabilidad, se desarrolla al alero de altos niveles de concentración del poder político (Ruiz-Tagle, 2016). Ahora bien, la reflexión sin duda es incompleta si es que no ex- pone información respecto a los incentivos que genera un modelo de Estado más descentralizado. El Federalismo Fiscal ha intentado construir evidencia. La primera generación de estudiosos del Fe- deralismo Fiscal sostuvo que la descentralización mantenía ma- yor eficiencia en el sector público (Tiebout, 1956; Musgrave, 1959; Oates, 1972: Olson, 1969), porque los gobiernos subnacionales po- seían más información y flexibilidad para la solución de problemas públicos. En adelante, esta literatura también sostiene que las polí- ticas de descentralización son un incentivo a la competencia entre regiones, fomentando la economía de mercado (Weingast, 1995; 2009). La contracara de esto es que se podría generar escasez de
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