Títulos de la República de Chile a la soberanía i dominio de la Estremidad Austral del continente americano: refutación de la memoria histórica que en 1852 ha publicado en Buenos Aires don Pedro de Angelis con el objeto de sostener la soberanía i dominio de la República Arjentina sobre el mismo territorio (1853)

-82- en cuál de sus provincias iba a llevar&e a cabo. No es esto un rasgo característico de la admi– nistracion española. Es una cosa que está suce– diendo todos ]os dias en los paises de constitu– cion unitaria. En Chile, por ejemplo, ocurre que el presidente encarga a un intender,te un asun– to que debe efectuarse, no en la provincia de su ruando, sino en otra, sin que se entienda por es– ta circnnstanda accidental que se modifican en lo menor las divisiones territoriales 'lue se hallan establecidas. Esto mismo i con mayor razon sucedíd du - rante el coloniaje en la América, patrimonio en– tónces de un monarca absoluto, cuya voluntad era 1ei. Es preciso no olvidar que en aquella épo– ca el Nuevo Mundo componia un vasto reino, que estaba dividido en diversas provincia~, 1Ia· madas virreinatos o capitanias jenerales; pero que todas dependian de un solo señor. Todas esas tierras eran dominio suyo; todos los mag– nates que las rejian, eran sus súbditos. Ninguna traba le prohibía que hiciera injerirse a uno de sus gobernadores en la jurisdiccion de otro, siempre que lo tuviera por conveniente. Habria sido ciertamente inconcebible i ridícu– lo que por respetar las demarcaciones que babia trazado en sus propios estados, hubiera dejado de ahorrar en muchas ocasiones.dinero,, tiempo e incomodidade~. Habia asignado la Patagonia i las tierras ma– gallánicas a su gobernador de Chile ; pero ¿eso

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