Títulos de la República de Chile a la soberanía i dominio de la Estremidad Austral del continente americano: refutación de la memoria histórica que en 1852 ha publicado en Buenos Aires don Pedro de Angelis con el objeto de sostener la soberanía i dominio de la República Arjentina sobre el mismo territorio (1853)

-62- da en favor de los pehuenches. Desde que los hombres civilizados intervinieron en 1a guerra, lós bárbaros de las pampas no hicieron tnas que pea·der terreno. Los huilliches fueron derrotados en diversos encuentros ; sus tolderías, saqtwa– <las ; su caudillo Llanquitur, degollado. Sin embarg-0, la muerte del jefe no puso.tél'– minó a las hostilidades. Los desastres avivaron el orgullo salvaje de los huilliches, en lugar de abatirlos. La conformidad no estaba en el catá– logo de IM virtudes que cultivaban. Los recien– tes reveses, que les arrebataban sus primeras ventajas, despertaron en sus corazones una ne. cesidad imperiosa de buscarles una compensn– cion en nuevos triunfos. Todas las tribus de la nacion se aprontaron para el combate. Otros caudiUos, no ménos arrojados i sanguinarios, reemplazaron a Llanquitur. La guerra volvi6 a encenderse con tanto furor, como:si no hubiera sido precedida de ptras campañas. Como la prime.ra vez, los pehuenches abando– nndos a si tnismós, principiaron por descalabros mas o m~nos serios, ·i sus enemigos por victorias mas o ménos brillantes. Cemo la primera vez, O'Higgins vino a porrer sobre la balanza de la suerte la pericia i la superioridad de sus sol– dados. Los pehuenches, ausiliado(por los españoles, no tardaton en sobreponerse a sus adversarios. El ~· de junio de 1792 sorprendieron en Nuye– gillei las tolderías de seis tribus huilliches ; las

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=