Tránsitos y trans-formaciones: Foro de las Artes 2021

t r á n s i t o s y t r a n s f o r m a c i o n e s 90 c a p í t u l o 2 . p o l í t i c a s y s u b v e r s i o n e s monumentos, no es incorrecto pensar que ése puede ser un lugar de inflexión para emprender un nuevo comienzo: nuestras próximas esta- tuas y monumentos deberían contar historias no contadas y tener un profundo efecto en el público. Lewisohn afirma: “El público se merece algo mejor. Mejor arte en el es- pacio público. Arte experimental y estimulante para el siglo XXI. No un retrato realista de una persona rica de hace 150 años que ganó su dinero o su notoriedad por medios dudosos”. Ahora bien, ¿quién puede garan- tizar que ese arte dialogue con las nuevas perspectivas que propone la situación actual? Para ello es imprescindible comprender que el espacio público es el lu- gar del ciudadano, del lugar de la opinión, y así como el Estado puede llegar a convertirse en el arrebatador de derechos y detentador de toda palabra, recuperar su función de garante es la única vía para promover el diálogo y la participación. Debemos comprender su importante papel en la coyuntura de la batalla simbólica, como actor principal en un debate donde se ha olvidado que aquello que se busca es, justamente, signos de comunión social. Entonces, sería posible –sino imprescindible– pen- sar que la nueva perspectiva que se inaugure requiere de un papel dis- tinto por parte del Estado como garante de la democracia, ahora tam- bién en lo simbólico. Ni la caída del monumento ni la muerte del Estado, más bien el deber de construir una nueva vía para establecer diálogos estéticos en el espacio público.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=