Tránsitos y trans-formaciones: Foro de las Artes 2021
71 las protestas y de la vida, donde aparecen lienzos, cacerolas y la repre- sión policial en distintos lugares, como las calles céntricas de la ciudad o las poblaciones. La propuesta de la exposición contaba, además, con mesas que simu- laban el espacio de trabajo de la artista, digo simulaban, puesto que no estaban los documentos originales —por razones obvias de conser- vación— y porque se trató de una puesta en escena que invitaba a lxs visitantes a utilizar lupas de enfoque fijo para revisar tiras de contacto. El gran número de estas, que a su vez contienen diversas imágenes, permi- te proyectar la insistencia por el registro de Lorenzini, el que se traduce en miles de fotografías y el desafío que asumió la curaduría para gene- rar una selección que represente aquellos años. Estos elementos eran acompañados por los sobres en lo que se guardaban las tiras, que desde la letra de la fotógrafa nos muestran el contexto e inscripción de algu- nos registros. Este recurso museográfico presenta al archivo de Lorenzini como abierto y libremente configurable por los ojos de los visitantes, porque da la posibilidad de imaginar que otra fotografía componga la muestra principal. Las mesas permiten la ficción de que ingresamos a su taller y podemos formar parte del proceso de selección. Dentro del recorrido que propone el gran corpus de la muestra me de- tendré en dos fotografías. La primera retrata a mujeres pobladoras del campamento Cardenal Juan Francisco Fresno. En primer plano una mujer da la espalda, pero aun así podemos distinguir el contorno de su rostro, en su mano tiene un cuchillo, al igual que las dos mujeres principales de la escena, quienes pelan pequeñas papas con una olla al centro y cuyos rostros quedan registrados. Todas se encuentran alrededor de una mesa cuyos límites no podemos distinguir, porque está atiborrada de papas, cáscaras y ajos. En un tercer plano, detrás de las dos mujeres, aparecen dos niños, uno de ellos de cuerpo casi completo, mientras que el otro asoma detrás de una de las mujeres y mira a la cámara con expresión curiosa, es la única mirada que nos recuerda la presencia de la cámara y con ello de Lorenzini. Una de las mujeres sonríe al igual que uno de los niños, la otra mujer tiene una mueca propia de estar hablando o de estar concentrada pelando. El tercer rostro, que solo vemos de costado, también parece estar alegre, lo que infiero a partir de los ojos achinados y los pómulos levantados. De fondo vemos las carpas, ropa tendida y a otras personas del campamento. Es una escena alegre, relajada y coti- diana que se contrapone con otras de las imágenes, como la de una gru- * mariairis flores “ N u e s t r a u r g e n c i a p o r v e n c e r ” : l o s t i e m p o s d e l f e m i n i s m o r e c i e n t e e n C h i l e d e s d e l a f o t o g r a f í a d e K e n a L o r e n z i n i
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