Tránsitos y trans-formaciones: Foro de las Artes 2021
151 de no poder estar con ustedes físicamente, en Santiago. Vemos, a la vez, las posibilidades de lo digital, que permite esta conversación y, al mismo tiempo, las frustraciones que pudiera generar, porque simplemente es una conversación a distancia. Sí, la cultura se ve terriblemente afectada por la pandemia. Afectada en forma muy violenta, encuentro yo, en todos los países —en forma distin- ta, según las políticas culturales que se llevan a cabo—, pero en todos la- dos es algo terrible. Creo que es terrible porque hay varias dimensiones en esta crisis: hay una dimensión de identidad. ¿Qué es esta crisis? ¿Qué es lo que hace a la cultura? ¿Cuál es el estatus de los actores culturales, de los creadores en esta crisis? Quisiera darles un ejemplo concreto. En Francia hemos tenido que cerrar —en el último confinamiento— todos los comercios no esenciales. Esto desató una discusión en Francia para saber si las bibliotecas - librerías eran un comercio esencial o no esen- cial y se decidió, por el Gobierno, que las bibliotecas – librerías, no eran una actividad esencial. Eso fue un shock para nosotros, porque vivimos en Francia en la idea que los bienes culturales son bienes que tienen que ser tratados en forma aparte. La ley, la primera ley, que fue adop- tada cuando asumió el gobierno de izquierda al poder en 1981, adoptó unánimemente el precio único del libro. Y en esta ley se dice que el libro no es un producto como cualquier otro y, de repente, se nos dice —jus- tamente a causa de la pandemia— “los bienes culturales son como todos los otros”. Entonces, vemos que hay una crisis identitaria sobre el estatus de la cultura que va a incidir luego en el debate sobre la apertura de los cines, del teatro, etc. Este es un primer aspecto. El segundo aspecto es económico. Este aspecto tiene varias dimensio- nes; es el parar la actividad. Los creadores no pueden proponer espectá- culos en los teatros, por ejemplo. Esto significa dificultades presupuesta- rias importantes para los teatros, para las salas de cine, para las salas de espectáculos, etc. Por lo tanto, modelos económicos afectados, ante los cuales habría que encontrar otras formas de funcionamiento; y, por otro lado, también, carencia de empleos, problemas de cesantía. Un régimen de intermitencia que protege ciertos empleos culturales, pero no todos. Entonces, aquí hay una pregunta respecto al mundo de los creadores. La tercera dimensión de la crisis es cultural: hay obras que no se van a poder mostrar, hay libros que no van a poder ser publicados —porque cuando los editores han recortado sus presupuestos, han eliminado al- * françoise benhamou y tomás peters p ú b l i c o s y d e m o c r a c i a : p o l í t i c a s c u lt u r a l e s d e l p r e s e n t e / f u t u r o
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=