Tránsitos y trans-formaciones: Foro de las Artes 2021
115 U s o d e t e c n o l o g í a s i n t e r a c t i v a s y v i r t u a l e s X R p a r a l a r e c o n s t r u c c i ó n d e m e m o r i a s y p a t r i m o n i o s e n d i s p u t a . M e m o r i a l R o c a s , o b r a i n m e r s i v a e n r e a l i d a d v i r t u a l y r e a l i d a d a u m e n t a d a , q u e r e c o n s t r u y e u n s i t i o d e m e m o r i a d e s t r u i d o y s e c u e s t r a d o . * pepe rovano se habían vivido experiencias atesorables. Lugares que tenían alguna dignidad, que habrían sido respetados, incluso amados, ahora son en- suciados (Santos, 2016:151). Este es el caso de las cabañas de Rocas de Santo Domingo, y por ende cae en esta clasificación dentro de la tortura psicológica que los represores premeditadamente habían pensado, con ese balneario popular. Para acentuar el efecto psicológico de la derrota usaron como centros de tortura lugares que tenían cierta connotación histórica o política para los detenidos. Los cambios de finalidad y dignidad mancillada de los luga- res hace sufrir no sólo a quienes tenían una historia o un vínculo político con esos espacios, sino que especialmente a aquellos que mantenían un vínculo afectivo con ellos. Su característica “espectral” hace reflexionar en el aparecer/representar, espectral, física y materialmente las memo- rias de un lugar imposible de visitar. El poder recorrer una reconstruc- ción virtual del sitio de memoria, entrega la posibilidad de lograr ese nexo y acercamiento, que tanto ansía la comunidad local y el grupo de sobrevivientes, nuestros principales depositarios de esta obra de arte. Es esta la principal razón que motiva la elección de desarrollar esta obra de manera inmersiva, para superar esa barrera, mediante una respuesta artística, para transformarse en lo que la investigadora Elizabeth Jellín denomina un “emprendimiento de memoria”. La investigadora argentina explica que los intentos de honrar y conmemorar los eventos y actores del pasado, con iniciativas de establecer monumentos, dar nombres a calles y plazas, construir memoriales y museos, no necesariamente en los lugares físicos en los que ocurrieron los eventos aludidos –aunque es común que se busque alguna asociación especial entre el lugar de la memorialización y el acontecimiento al que se hace referencia–. La territorialidad, los sentidos simbólicos y los usos potenciales ingresan de manera explícita en los proyectos de quienes intentan dar forma a un homenaje o conmemoración. Que la memoria esté inscripta en un lugar específico y con un sentido unívoco, o que haya multiplicidad de niveles y capas de sentidos para diferentes públicos y actores, no niega la posibilidad de un funcionamiento más dinámico y movible de la te- rritorialidad de las memorias. La territorialidad puede no ser un “lugar” físico específico, sino un trayecto, un viaje, un itinerario, una manera de enunciar y denunciar, plasmados en una práctica territorializada (Jelin, 2002:6). En este sentido se acercaría a nuestra propuesta de obra inmer- siva e interactiva, como viaje virtual y experiencial de memoria, y como
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