Tránsitos y trans-formaciones: Foro de las Artes 2021

t r á n s i t o s y t r a n s f o r m a c i o n e s 114 c a p í t u l o 3 . c r e a c i ó n a r t í s t i c a p a n d é m i c a moria en nuestro país, hace un catastro de 1.168 centros que operaron en Chile durante la dictadura, y el plan de represión no contempló ninguna construcción, sino la ocupación de inmuebles ya existentes. Fue así como identifica a colegios, universidades, casas, hospitales, centros vacaciona- les, estadios, barcos, clubes deportivos, y otros lugares fueron transforma- dos en espacios de destrucción humana y social. Lo que se observa en casi la totalidad de los casos es una reconfigura- ción de lugares. Un número importante eran inicialmente casas particu- lares, que fueron transformadas en las llamadas “casas de seguridad”: se volvieron “casas de la DINA” y posteriormente “casas de la CNI”. Algo parecido ocurrió con algunas clínicas, y una serie de edificios públicos y civiles, como centros deportivos, universidades, liceos y colegios, hos- pitales, estaciones de bomberos, estaciones de trenes y edificios de la administración pública. Junto con ellos, hay también instalaciones de los uniformados que se vuelven centros de detención y tortura, como unidades militares, unidades de policía e investigación, unidades de ca- rabineros e incluso algunos barcos. Con el fin de ser utilizados como centros de detención y/o tortura, estos espacios sufren mutaciones, transformaciones y cambios en diferentes sentidos, que repercuten profundamente en los prisioneros detenidos en ellos, y dichas alternaciones son llevadas a cabo por los mismos pri- sioneros, lo que es vivido dramáticamente. Fue una estrategia consciente y concertada por la dictadura, por lo que debe incluirse entre los modos de tortura psicológica más efectivos (Santos, 2016:148). En este sentido la re significación de espacio vacacional creado por el gobierno de la UP (Cabañas de Santo Domingo) a centro de torturas, habría sido una elección premeditada, ya que la mayoría de los primeros detenidos eran de San Antonio, por lo que muchos debieron haber reconocido el lugar de veraneo, probando un doble dolor, al pensar un lugar de felicidad transformado en un lugar de horror. El cambio de finalidad fue evidente en los centros de detención, los lu- gares que servían para morar, administrar, jugar, festejar, instruir, ense- ñar, vacacionar, curar y sanar, pasan a tener nuevas finalidades: privar de libertad, interrogar, torturar, forzar a trabajar, matar y hacer desapare- cer. Al utilizar estos lugares para encerrar, torturar, y matar, se mancilla la dignidad de los lugares; han sido profanados espacios que gozaban de un aura que les hacía queribles, incluso entrañables. Lugares donde

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