Comunidad y América Latina: avances decolonizadores
77 humano pide ser considerado a partir del tiempo. Lo ideal sería que el presente sirviera siempre para construir el porvenir. Y ese porvenir no es el del cosmos, sino el de mi siglo, de mi país, de mi existencia. De ninguna manera debo proponerme preparar el mundo que vendrá detrás de mi. Yo pertenezco irreductiblemente a mi época. Y debo vivir para ella. El porvenir debe ser una construcción sostenida del hombre existente. Esta edificación se apega al presente en la medida en el que yo planteo este último como algo que sobrepasar (p. 46). En otras palabras (mis palabras), la idea es no negar o clausurar las diversas formas de violencia, explotación y dominación en el término racismo, por ejemplo, sino abrirnos a debatir de la manera más amplia y variada su manifestación. Dicho lo anterior, avanzar en no conformarnos con lo que desde la región sur o local o “incluso indígena” comprendemos como vivir en comunidad. En términos de Wallerstein (2001) lo anterior significaría: La idea de que la ciencia está en un lado y las decisiones políticas en otro es el concepto central que sostiene al eurocentrismo, ya que las únicas pro-posiciones universalistas que han sido aceptables son aquellas que son eurocéntricas. Cualquier argumento que refuerce esta separación de las dos culturas sostiene, por tanto, el eurocentrismo. Si se niega la especificidad del mundo moderno, no hay ninguna forma plausible de debatir la reconstrucción de las estructuras del
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=