Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

39 convivencia, el intercambio y la búsqueda de una existencia mutua fructífera potenciadora y no destructiva. Por ello una actitud permanente en las comunidades indígenas, que corrientemente conocemos, es el respeto por el otro y por la naturaleza, de modo que por ejemplo en el proceso de alimentación muchas comunidades piden permiso a la planta o al animal que se va a consumir, en la perspectiva que, de su parte, en algún momento habrá una contribución o una devolución. Ello implica que no es posible para el mundo indígena actuar frente al medio ambiente y la naturaleza con una actitud de abuso, de explotación, o de consumo excesivo. Por ejemplo, según Moore (2003), en sus trabajos con munidades de Madre de Dios, Siempre hay que tener mucho respeto para con los animales (…) El mantenimiento del orden en el cosmos requiere el mantenimiento del orden en la naturaleza. Un Arakmbut no va a rozar más de lo indispensable para hacer sus chacras, porque en el bosque se albergan los animales, con los cuales tiene que llevarse bien. De igual manera no caza ni pesca más de lo que necesita para el sustento de su grupo (…) El arakmbut tiene que vivir en armonía con su ambiente natural porque también es su medio ambiente espiritual (p. 79). Según Chavarría (2003), la capacidad de ser buen cazador está relacionada con la necesidad de mantener una relación equilibrada con el objeto de caza. Ser cazador no significa ser depredador en modo alguno (…) La caza es entendida como un medio de proveer alimento, básicamente proteínas, pero su uso indiscriminado es sancionado por la naturaleza, enai ese, madre del monte (…) (p. 194).

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