Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

344 población, no son sino ejemplos de una elite que solo ha buscado alterar la vida del sector popular, sometiéndolo, exprimiéndolo laboralmente, humillando su cultura y marginándolo de las decisiones. Cabe mencionar el ataque dirigido a varios cuarteles policiales en distintos puntos del país, en los cuales se habían cometido violaciones a los derechos humanos o que representaban las vulneraciones ejercidas en todo el país durante los últimos 40 años. Luego, destruir el comercio institucional moderno, llamado por algunos “Sociedad Commodity" (Urrutia, 2019), es decir, toda aquella instalación de venta de productos que promueven una vida de elite. Es el caso ocurrido en la calle Irarrázaval de Santiago, en que, frente a innumerables negocios establecidos, la población se fue solo contra uno de ellos, una automotora, invadiendo sus oficinas y sacando del patio de ventas los vehículos en exposición, muchos de ellos autos de lujo, empujándolos hacia la calle y luego incendiándolos; allí la destrucción funcionó como crítica y rebeldía frente al modelo. En este sentido, lo central radica en la crítica y el rechazo del movimiento no solo al abuso, sino a la explotación de la comunidad. Este elemento lo desarrollaremos a continuación. Esclavitud moderna Sin duda, este sistema se sustenta sobre formas de esclavitud moderna, como parte de la estructura económica chilena caracterizada por el neoliberalismo. El sistema instaló en Chile una estructura que se ha ido modernizando, pero que tenía el vacío de no contar con la población necesaria, capacitada y adherida subjetivamente al sistema. Entonces, en las recientes décadas, se cuenta ya con el capital humano

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