Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

332 crítica a estas decisiones sanitarias que no consideran al sector popular en su cotidiana dimensión, en cuanto es una población que no tiene recursos, no tiene ahorros, con problemas de salud, de educación, de trabajo, y actualmente con un alto porcentaje de cesantía; es un sector cuya dinámica laboral habitual era ganar dinero sólo para alimentarse por el día, dinero que no alcanza para el día siguiente; un sector que tiene escaso espacio en sus reducidas viviendas, con dos o tres familias por casa-habitación, habitualmente con un promedio alto de niños, niñas y adolescentes. En otras palabras, viven en un lugar estrecho que estimula la violencia, el femicidio, el castigo a los niños y los ancianos, el consumo de drogas y alcohol, entre otros. Es decir las medidas sanitarias, frente a esta realidad del sector popular, definitivamente no están pensadas para ellos, sino que nacen desde una perspectiva particular de la sociedad, desde un balcón social de privilegio, que piensa en soluciones, acorde a las condiciones de vida de sectores medios altos, los cuales t ienen ahorros, tienen sus necesidades básicas satisfechas, tienes espacios de vivienda suficientemente amplios, tienen además, los medios informáticos ya sea computadores y acceso a las redes virtuales, que hace de ellos una población que puede ajustarse a las medidas de cuarentena, sin salir de casa e igualmente mantener su fuente laboral que le puede proveer de dinero, que cuenta con inversiones previas y, principalmente cuentan con condiciones óptimas y favorables para el teletrabajo, e incluso más, la posibilidad de despliegue de nuevos negocios en el espacio virtual. Igualmente, en otro ámbito social, hay una persistencia opositora en los movimientos sociales feministas, ecologistas, indigenistas, LGTBI+, quienes mantienen sus argumentos en la comunicación virtual o directamente en manifestaciones callejeras, muchas veces exponiéndose al contagio.

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