Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

329 Lipovetsky (2000) habla de una personalización- psicologización del individuo. El proceso de personalización refiere a un centramiento en la persona individual, amparado y apoyado en la psicologización de la vida, donde el discurso de la disciplina psicológica de atender al sujeto pasa a garantizar la importancia de esta época, enfocada en el yo. De aquí es que emana, también, la necesidad de voltear hacia psicologías más comunitarias, con horizontes colectivos y proyectos políticos. Sin embargo, el diagnóstico del autor es la compleja paradoja de un emisor que se vuelve su principal receptor: un neoliberalismo que da lugar a un narcisismo sin precedentes. En nuestros celulares, a gusto del consumidor, subimos historias de Instagram para quien las vea. Gritamos al vacío menudencias, sin el respaldo de una comunidad detrás. Twitteamos neuróticamente nuestras opiniones, sin que nadie lea realmente. Concluyendo, la discusión que se puede hacer sobre el ciberespacio es amplia, lo importante es entender que el espacio virtual se erige como otra trinchera de dominación de los poderes fácticos. Nos vemos empujados como sociedad a la vida virtual, aun cuando gran parte de la población no tiene los recursos materiales para poder llevar a cabo una tele-vida. ¿Qué pasa con la comunidad organizada, un cabildo convocado o, en definitiva, un pueblo en lucha en el ciberespacio? El espacio virtual parece volverse un arma más útil al poder, dejándole funcionar más silenciosamente, más acechante. Trabaja desde las áreas más íntimas, alejándonos de la organización social, del contacto con el otro y lo reemplaza por la ilusión parasocial de likes en Instagram y matches en Tinder, que sólo son una forma de relacionarse con uno mismo, el otro alimentando mi narcisismo. Y en el contexto del control pandémico, el ciberespacio no solo sirve para mantenernos ensimismados, sino que activamente nos bombardea de publicidad estimulando que pidamos comida chatarra por delivery y que compremos chucherías a domicilio. Ensimismados, alienados y