Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

32 Podemos mencionar algunas expresiones que se encuentran todavía muy presentes como es el caso de comunidades indígenas en varios países como Chile, los mapuches, los rapanuis, en Colombia, indígenas de Sierra Nevada, en México en la zona de Chiapas sotsiles, tojolabales y lacandones; en Brasil y Perú, indígenas del Amazona no contactados, en Ecuador los shuar, etcétera… También, cabe mencionar innumerables pueblos que están alejados de los centros principales de habitación y de producción y, que, si bien funcionan en base a una lógica hegemónica, este esquema es muy limitado, ineficiente, esporádico; más bien esas comunidades tiene visos de estar abandonadas que otra cosa, como es el caso de la región del Choco con comunidades afrodescendientes, que habitan en el pacífico colombiano (Agudelo, 2006; Hoffmann, 2003). Esta situación, corresponde a lugares que no tienen interés para el sistema hegemónico o a lugares que no son fácilmente accesibles. Aunque parezca extraño, en el continente de América latina, abundan zonas y territorios, los cuales desde lo geográfico funcionan de manera muy alejada del concepto moderno de sociedad. Son ecosistemas caracterizados por pendientes de montañas hasta planicies, alimentadas por ríos que nutren valles, regiones y subregiones, las cuales se interrumpen por nuevas montañas, habitualmente generando zonas aisladas o no, con microclimas, espacios inundados por una alfombra de bosques, muchos de ellos espesos, donde florece la vida. Son espacios que en su conjunto parecen verdaderos organismos que poseen un dinamismo propio en adaptación y en cambio constante, en los cuales está inserta la vida humana. Aquí hay un fenómeno que no podemos desconocer, si realmente queremos entender estos pueblos y poblaciones desde América Latina. El ritmo, la dirección, los contratiempos, los procesos, la ebullición, son elementos de un paradigma, completamente distinto al orden que la sociedad hegemónica ha instalado en sí misma y que luego ha desplegado por casi todo el planeta. “Canaima” (1935), es el nombre que puso Rómulo Gallegos, escritor, cuando describe la

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