Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

325 propio sujeto y de volver al otro día al trabajo con una sonrisa en el rostro (Han, 2018). Mi felicidad, mi trabajo y, en definitiva, mi realidad depende de mí y solo de mí. En caso de sentirme mal, puedo acudir a la autoayuda o a los dispositivos psiquiátricos-psicológicos, pero jamás a mi comunidad. Esta sociedad de rendimiento tiene un control psicopolítico: ofrece todas las posibilidades al individuo, lo seduce, lo invita a quedarse en sus redes. El sujeto, obnubilado, se entrega al consumo, a esta ilusión de autodeterminación. Sin embargo, en ese movimiento, se vuelve dependiente al entramado que la hegemonía de consumo ha creado. Teniendo en cuenta que esta sociedad del rendimiento no es una superación completa a la sociedad disciplinaria, siguiendo el análisis de Valencia y Sepúlveda (2016), ellos observan que la psicopolítica y la biopolítica son formas de poder que se traslapan, yuxtaponen y superponen entre sí. En la psicopolítica, es relevante notar que los particulares se mantienen dentro de estas plataformas virtuales solo en cuanto cumplen con las exigencias normativas, es decir el usuario logra mantenerse allí mientras sea “bien portado”. Por tanto, en el universo de lo informático se complejiza la posibilidad de una subversión desde las comunidades virtuales. Hecho este alcance, pareciera que internet acelera el desecho de los dispositivos etnia, género y clase como articuladores base del poder y, por otro lado, administra la subjetividad condicionándola en una necesidad de capitalización que gestiona todo lo creado, toda la expansión digital, en coherencia con la reproducción exponencial que dibujan los proveedores. Deleuze (2011) ya explicaba que la sociedad disciplinaria seguirá teniendo resquicios, dejando enormes vestigios que continúan existiendo entre nosotros como monumentos al poder disciplinario que nos habría abandonado. Celebramos así en la virtualidad, la muerte de muchas de las instituciones que se componen disciplinariamente, como el modelo de familia, la rigidez

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