Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

323 Esta propuesta pretende superar nodos históricos generados por el modelo biomédico (positivista y, por tanto, reduccionista): la primacía de lo individual por sobre lo colectivo, de los fenómenos biológicos por sobre los sociales, de las acciones curativas por sobre las preventivas y promocionales, de la atención clínica por sobre la intervención comunitaria, y, a partir de los años ochenta, la hegemonía de los modelos de gestión mercantil en salud por sobre los salubristas (Madariaga, 2008, p. 1). Tomando en cuenta, las diferentes dimensiones desde las cuales opera el modelo médico hegemónico en la salud de la población durante la Pandemia COVID-19 y, el modelo biomédico en salud mental, es posible dar cuenta entonces, como señala Madariaga (2008), que una respuesta oportuna a la salud de la población, encuentra su posibilidad de transformación en un contexto sociopolítico, económico y cultural que garantice los derechos de las comunidades y las personas, como principio rector que permita el disfrute del patrimonio social, económico y cultural del país, para una verdadera protección de la salud, y no en una perspectiva mercantil basada en vacunas, ventiladores y estadísticas distanciadas de la totalidad de las necesidades de la comunidad. Psicopolítica y Virtualidad La virtualidad está imbricada en un momento epocal clave: el neoliberalismo y la hiperindividualización. Las transformaciones de la sociedad del último siglo han sido revisadas en extenso por Bauman (citado en Sánchez y Velayos, 2020), quien apunta a disponer de los derechos humanos asegurados y, acto seguido, observa que el sujeto ahora solo debe preocuparse por cómo realizar su proyecto vital de manera particular, aislada. Esta libertad viene acompañada por una atomización de la vida: caen las comunidades y lo colectivo. El individuo se ve obligado a crear su propia realidad,

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