Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

258 Menciono a estas dos comunidades, pues, a contrapelo de quienes han propuesto que las reivindicaciones de estas se erigen únicamente en función del reconocimiento, Fraser (2000) ha planteado la comprensión de estas como comunidades bivalentes, es decir, que no sólo se diferencian en virtud de una injusticia cultural o simbólica, sino que también de una injusticia socioeconómica. Según señala, las injusticias de género y raza no sólo se remiten a valoraciones culturales como el androcentrismo, sexismo cultural, eurocentrismo y racismo cultural, sino que también a injusticias distributivas ancladas en la división del trabajo, modos de explotación, marginación y privación específicos según la raza y el género. En este sentido, es un error abstraer del conflicto fundamental de clases a las comunidades diferenciadas, en primera instancia, en virtud de una injusticia cultural. En efecto, el desarrollo político de estos grupos si bien está supeditado a la construcción de nuevas valoraciones cultural, ya sea que afirmen o disuelvan sus diferencias, también lo está a su ordenamiento bajo ejes clasistas, al reconocimiento de una injusticia distributiva fundada en un orden social de clases. Si bien la tradición marxista no niega las dificultades que reviste un cambio cultural, considerado incluso por algunos de sus intelectuales como una empresa de mayor complejidad que la superación del capitalismo, en un momento de transformación de las valoraciones culturales en la región y de crecientes conflictos relativos al conflicto capital-trabajo es de esperar que las tensiones relativas al modo de acumulación imperante se asomen cada vez con más fuerza al interior de estas comunidades. Esto no quiere decir que estas se disuelvan en formaciones clasistas, sino que más bien es probable que se incorporen crecientemente, de manera autónoma y sin abandonar sus reivindicaciones específicas, de forma activa a la disputa por el producto social, tanto por las necesidades propias del desarrollo de estas comunidades como por las características históricas de las sociedades latinoamericanas contemporáneas y sus transformaciones en curso.