Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

228 de insistir en su universalidad. Paralelamente significa valorar otras propuestas civilizatorias, especialmente las indígenas en el caso de América Latina, pero no es la única, también está fuertemente presente el paradigma afrodescendiente, y probablemente otras propuestas, aún desconocidas o invisibilidades. El tema aquí apunta a la coexistencia de distintas culturas, al intercambio, y a lo que en el continente ha tenido mucha relevancia que es la interculturalidad. Es decir, la conversación entre las culturas, sea en el lenguaje que sea, escrito, verbal, corporal, expresivo u otros, lo importante es desarrollar una actitud de horizontalidad en la relación, que permita la fluidez de los mensajes en todas las direcciones y con ello se abra a puerta al diálogo de saberes. También se han desarrollado experiencias sobre lo que se ha dado en llamar el Buen vivir (Rozas, 2018), lo que en el idioma Mapudungún es el Kume Mongen, Suma Kawsay en Quechua y Suma Kamaña en Aymara. Propuesta que se dio a conocer en Bolivia y Ecuador, y que su planteamiento esencial no se refiere a vivir mejor sino a vivir bien en consonancia con los otros. Aquí hay un enorme campo de trabajo para América Latina, salir del siglo XX, para entrar a caracterizar y orientar el nuevo siglo, bajo otro eje, bajo otras formas de pensar, bajo otra estructuración de las relaciones sociales, centradas tal vez, en la cooperación, la solidaridad, el encuentro en el intercambio. Son las nuevas tareas de hoy, y los capítulos que vienen de este libro, entregarán su aporte en la perspectiva de gatillar la generosidad de la lógica del compartir.

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