Comunidad y América Latina: avances decolonizadores
226 derrota, del control factual del poder, su alma se fue de sus manos, se ha desvanecido. Por un lado, es evidente su impacto negativo en el medio ambiente, provocando casi una desestabilización del planeta con el calentamiento global y el cambio climático. Lo que ha provocado el deshielo de las masas frías de la Antártica y del Ártico, con la consecuente alza en el nivel del mar, y a su vez, la perdida de territorio de varios países. El aumento de las sequias, por la depredación de los bosques, el aumento de la ganadería y, el quiebre masivo de ecosistemas por la sobreexplotación marina. Por otro las protestas del mundo, incluida las recientes muertes del afroamericano George Floyd en EEUU y del indígena Camilo Catrillanca en Chile, devela una arista más de la catástrofe que tiene la civilización occidental, en un sistema de relaciones sociales, basadas en el individualismo, en el patriarcado, en el racismo y en la heteronormatividad. Así capitalismo, la modernidad, respaldado por el paradigma occidental está construido sobre las bases de la injusticia, la pobreza, la discriminación, la muerte y opresión. Tanto así que el Estado, en tanto estructura primordial del paradigma occidental, se encuentra sobrepasado. De esta manera De Sousa Santos (2010) plantea dos momentos importantes en el camino hacia este cambio civilizatorio, el primero referido al tránsito de América Latina hacia el socialismo en la década de los años 60 y otro actualmente dirigido hacia la idea de la autodeterminación. El segundo, resulta muy interesante, pues si bien, el año 1948, en la firma de la carta de respeto a los Derechos Humanos en las Naciones Unidas, se indicó la importancia de la autodeterminación, y luego en el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y de la Declaración de la ONU el año 2005 en favor de pueblos indígenas de América Latina, vuelve a ocurrir lo mismo.
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