Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

224 terremoto, que es capaz de arrasar montañas y todo tipo de estructuras de abuso y de opresión instaladas ahora y desde hace siglos. Es una especie de revolución, pero que además de lo económico incluye lo identitario y lo cultural. Finalmente, en otro plano de la realidad de América Latina, vale hacer una mención al mundo narco. Los narcotraficantes de América Latina (Calderón y Castells, 2019) han tomado en sus manos parte de la realidad del continente y ello es una verdad ineludible. Desde Pablo Escobar, el cartel de Sinaloa, el Chapo Guzmán, han logrado mover más dinero que todo el disponible por un país, capaces como lo han señalado en algunas negociaciones, de hacerse cargo de pagar la deuda externa. Su nivel de influencia en la policía, en los ejércitos y en la política, hace referencia a un poder paralelo de las sociedades latinoamericanas, que no tiene parangón. Su capacidad de influencia a través de la corrupción les permite torcer las leyes, las instituciones, el poder judicial y al mismo tiempo desarrollar la capacidad de estar más cerca del pueblo, resolviendo sus problemas, dándoles un lugar, un rol, un espacio de valoración, de manera que logran con ello controlar territorios completos con una influencia muy débil por parte del Estado. Es necesario resaltar, de manera muy relevante que los narcos son, además, un proyecto identitario. Que tiene capacidad de desviar a la juventud a su favor. En tanto la juventud pobre de América Latina, está principalmente abandonada, marginada, que no cuenta con educación, con recursos, con posibilidades, sino que es un sector que no importa al sistema y que no le ofrece oportunidades, de modo que en ese abandono, el mundo narco si lo hace, le ofrece un proyecto vital de disponer de dinero rápido y una importancia en la sociedad, que nadie más puede ofrecer, que hace que la juventud se sienta atraída, comprometida y finalmente conquistada y formada al margen de la sociedad establecida. El escenario construido por el mundo narco en América Latina, ya alcanza ribetes de competencia poderosa