Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

219 Lo que ha cambiado es la regulación del mercado en el sentido de evitar y sancionar el monopolio, instalando instituciones de fiscalización en relación a garantizar un mayor equilibrio en las transacciones comerciales y un respaldo de las normas de salud, de precio, de calidad de los productos en venta. Se ha buscado una mayor protección a las trabajadoras/es y empleadas/os en general, de modo de asegurar su protección laboral, existiendo sin duda muchas falencias. Por otro lado, de la recaudación fiscal, se ha hecho inversión en áreas sensibles como la salud pública con la instalación de mayores hospitales, insumos y equipos médicos, como así mismo en la dotación de establecimientos educacionales. Igualmente se ha invertido en terminar con el déficit habitacional, regularizar la construcción y venta de vivienda, como así mismo en base a diseños urbanísticos se ha mejorado las condiciones de sanidad, acceso, circulación, dotación de agua, electricidad, gas y otros servicios generales. Se agrega a esto, el desarrollo de programas sociales, de complemento al salario para atacar la pobreza mediante la estimulación al emprendimiento, la formación de oficios y, en muchos casos el apoyo al desarrollo de la vida comunitaria. Es decir, el modelo neo-desarrollista ha continuado con el neoliberalismo, pero ha minimizado su parte negativa y reparado sus aspectos asociales, ha buscado mecanismo de distribución de la riqueza, de eliminación de la pobreza, sin embargo, se ha mantenido en su dinámica medular en la misma senda de la matriz económico establecida inicialmente. Con estos cuatro Proyecto Macro tenemos un panorama amplio que abarca aproximadamente 200 años en la historia del continente. Y, que conforman las plataformas sobre las cuales han transitado las comunidades latinoamericanas. De manera que estas siempre se han hecho presentes en una lucha significativa por cambios sociales a favor de la participación, en algunos casos, a favor de la igualdad,