Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

207 relación con los otros y, por otro lado, el progresar para dejar el pasado atrás, dar un salto hacia adelante, evolucionar y alcanzar los niveles de funcionamiento de los países más avanzados, como era el caso de los países europeos. Ahora, la idea de progreso, tiene que ver con el paradigma occidental de la modernidad. El cual se fundamenta en ciertos pilares que son la importancia del individuo, el uso de la razón, la instalación del patriarcado, la relevancia de la evolución y el concepto de tiempo basado en pasado, presente y futuro. Sin duda, es una propuesta europea que viene del siglo XVIII y, por tanto, viene decantándose durante mucho tiempo, no se inventó de un día para otro y eclosionó con la revolución francesa 1879. La idea de progreso, es una síntesis de todo ello que involucra tomar el tiempo como superficie, sobre el cual se sustenta el camino de la evolución, es decir seguir de etapa en etapa, de estadio en estadio, comprendiéndose las etapas anteriores o previas como estadios inferiores, más atrasadas para, dirigirse hacia etapas mejores y más avanzadas las que se encuentran más adelante en el tiempo, se trata entonces de seguir hacia adelante porque allí en algún lugar se encuentra el progreso. Pero, sabemos que, el progreso es una meta que se reproduce a sí misma, de modo que siempre existirá un continuar hacia adelante con dirección a un nuevo progreso, y así hasta el infinito. Nunca termina. En nuestra América Latina, el progreso esté graficado por el ferrocarril, por la emergencia de las ciudades, el ordenamiento urbano, cruzado por calles y avenidas, dirigidas a edificios institucionales que representan el ejercicio del poder, político, militar, eclesiástico, según sea el caso. El progreso es el comercio, el transporte mercante, los puertos, las industrias, y sin duda la educación, la vida social y la instalación de la familia, que consume, viste y se alimenta según las normas de la vida moderna.

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