Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

174 de la educación fuertes armas para mantenerla dentro del redil, obligándola a caminar o a descomponerse de modo de conseguir que su población se acople a las necesidades del proyecto moderno. Entonces, decíamos, no se trata de un proyecto de fantasía sino concreto, dentro de un contexto de lucha social, incorporar los nuevos elementos adquiridos o reflotados de la cultura propia y de allí revisar y diseñar, tal vez estratégicamente, los pasos a seguir. Se trata de establecer objetivos a alcanzar en esa dirección, del proyecto propio, tratando de respetar el modelo diseñado, prefigurando una ruta adecuadamente orientada. Y finalmente, dentro de otros aspectos se trata de un trabajo integral, avanzando más allá de lo cognitivo y lo racional, para integralmente abordar lo corporal y emocional. Ya lo hemos señalado, el paradigma occidental privilegia lo cognitivo y lo racional. Es el pilar fuerte de la educación, su objetivo es instalar en nuestra mente mecanismos de análisis, reflexión, lógicas científicas, experimentales, con evidencias, todos procesos correspondientes a la forma cultural de occidente de interpretar e intervenir el mundo. Dejando de lado completamente, lo corporal, lo emocional y la experiencia. En este sentido la propuesta aquí desarrollada apunta a entender que el individuo humano es integral y, por lo mismo, nuestra capacidad productiva o nuestro desenvolvimiento cotidiano debe ser integral, es decir tomando en cuenta todas nuestras dimensiones. Dicho de otra manera, la educación ha sido concebida principalmente como cerebral. No es casual que en los colegios los niños puedan eximirse de educación física, como una dimensión que no tienen relevancia. Eventualmente pasa lo mismo con el arte, si un niño/a no aprende a desarrollar su imaginación, no importa, total en la sociedad y el mundo del trabajo todo es racional. Ni hablar de actividades afectivas en los colegios, simplemente no existen o tienen un rol secundario. Todo aquello que es expresarse, indicar y trabajar los sentimientos, la riqueza que implica llorar, reír, enojarse y, además todo aquello que son las habilidades sociales como la

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