Comunidad y América Latina: avances decolonizadores

117 A modo de cierre Lo rural para la Psicología es un gran desafío, por cuanto la disciplina está pensada para lo urbano. Es un conocimiento para y desde la modernidad. Por lo mismo debemos pensar de otra manera, debemos cambiar la orientación de la psicología hacia las necesidades de lo rural. Y, en esa dirección es necesario hacer un nuevo diagnóstico, ya no nos sirve decir que lo rural es lo atrasado y luego que necesita desarrollo social, porque esos planteamientos es dar la espalda a esa realidad y más bien privilegiar lo urbano. Porque capacitar al mundo rural desde lo urbano es construir un imaginario de lo rural desde las necesidades de lo urbano y, en ese itinerario caemos en la inferiorización, donde lo rural termina siendo un espacio inmaduro, inhabilitado, deficitario y al servicio de la modernidad que es el ideario que sigue lo urbano. El giro que estamos aquí exigiendo a la psicología es mirar lo rural desde lo rural, no con ojos desde lo urbano. Y allí entramos en otro universo, que nos permitirá observar que no sólo hay campesinos sino una diversidad de poblaciones que tienen otros metas de vida y tienen otras formas de producción, que no deben ser calificadas de tradicionales, dado que ensamblan con metas y utopías que no buscan el éxito, el rendimiento, la productividad, sino más bien apuntan a un ritmo más pausado que es vivenciar y experienciar el encuentro con otros y con la naturaleza. Hay aquí una epistemología, una cultura, y todo un relato, que la psicología puesta al servicio de este mundo, o de este nuevo mundo por descubrir, sabrá más satisfactoriamente apoyar.

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