Comunidad y América Latina: avances decolonizadores
103 promete cambiar los decretos que protegen el Amazonas, para dar libertad a las empresas para que la intervengan y obtengan de ese territorio ecológico perfectamente balanceado, los productos más rentables para el progreso y el consumo moderno (France 24, 2018). Entonces, a partir de esta idea de selva, nace una segunda idea que es la transformación de la selva en un espacio rural, es decir un espacio útil al mundo urbano. Y para este efecto, se requiere someter a la selva a una domesticación, como si esta fuera un caballo salvaje. Domesticarla significa eliminar sus áreas no controladas, extinguir aquellos animales dañinos para la vida del ser humano y luego aprovechar su potencial en función de darle una utilidad para las necesidades de lo urbano. Así es como la selva se transforma en un espacio agrícola, minero o extractivo de materias primas. El Bosque El bosque es un concepto de una larga construcción que viene de la edad media. Resulta paradójico que la selva que rodea a las pirámides Mayas de Tikal (Guatemala), eran vista por la población local maya no como selva, ni como bosque sino como el jardín. No obstante, el bosque en la tradición europea es visto como el lugar de lo oscuro, donde lo salvaje se esconde y acecha para llevar a cabo su ataque, allí están o viven las fuerzas ocultas o los animales feroces, que en cualquier momento matan. A partir de ese concepto de Bosque es que surgen las historias que dan forma a esa entidad agresiva, que dieron vida a una narrativa de miedo, de terror, de animales sanguinarios o por otro lado de espíritus malignos, con la presencia de brujas, demonios y toda suerte de animales grotescos. De allí que, para el imaginario europeo, la idea es salir del bosque, bajar de los árboles, caminar por la planicie (Hiraoka y Mora, 2001). El ser humano explica su evolución, como un alejamiento del bosque, de los árboles; los monos son de los árboles y permanecen
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