El impacto de la pandemia sobre las personas mayores
a no conocerlo. Este es el cambio cultural: el nombre es un nombre presente, que igual que el cáncer, no nos debe dar miedo. Hemos de decir “estamos aquí, estaremos contigo, y un día tú vas a desapare- cer de mi vida y de la historia de la medicina”. Pero esto sólo lo pue- do conseguir llegando a un diagnóstico muy precoz o muy inicial. ¿Cómo es esto? Cuando empezamos hace 25 años, nosotros solamente veíamos pacientes muy avanzados que venían casi sin hablar. Y pensábamos, “¿cómo puede ser esto?, ¿por qué este pa- ciente ha estado en su casa sin que nadie le mirara?”. Y solamente cuando no ha podido comer, entonces nos llevan el diagnóstico, pues el diagnóstico lo hace la pescadera del barrio, el conserje, el panadero, porque se dan cuenta que no está bien. ¡Cómo nos he- mos equivocado! Nuestra institución ve a unos 200 pacientes, y de ellos, unos 150 son asintomáticos. Ellos se quejan y nosotros les decimos “venga, venga”, porque toda queja necesita que alguien le escuche. Dete- rioros cognitivos leves hacemos el 42% de nuestra población, donde o es memoria, o es lenguaje, o es función ejecutiva. Algo pasa, que no hago bien lo que hacía tan bien antes. Tenemos una batería de neuropsicología que determina muy bien la memoria de almacenamiento (storage) o la memoria hipo- cámpica, aquella que es “no me acuerdo qué he comido ahora, o qué he estado hablando con Bárbara hace media hora, por dios qué me pasa”. Y los estamos siguiendo con biomarcadores. España es un país pobre, muy pobre, aunque estemos en Euro- pa. Porque nosotros no podemos hacer test de rutina. Nuestra sani- dad es una sanidad muy buena porque tiene muy buenos clínicos, pero ocasionalmente no tenemos dinero para hacer o investigar nuevos biomarcadores, pero podemos entrar en un proyecto eu- ropeo. Pero esto es una cuestión de tener muy buena relación con los médicos de familia, de decirles que en que hemos avanzado y que podemos dar mejor calidad de vida a las personas con de- mencia y a sus familias. Hay que perderle el miedo al Alzheimer, a diagnosticar el Alzheimer, y perderle miedo al cáncer, y perderle miedo a la esclerosis múltiple, y perdérselo porque los conocemos bien. Porque tenemos una buena formación, una buena educación. Y esto lo hemos conseguido porque hacemos sesiones con la aten- ción primaria de nuestro entorno, porque tenemos buena relación y hacemos conferencias con la gente del barrio, con la gente de EL IMPACTO DE LA PANDEMIA SOBRE LAS PERSONAS MAYORES: UNA MIRADA CON PERSPECTIVA DE DERECHOS 102 103
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