Estudios y reflexiones desde entornos latinoamericanos

43 entienda el juego representacional del teatro, solo allí (en la representación) son verdad; esto es, tienen condiciones de verdad, pero no empírica. Esta suerte de inmanencia permite la representación como tal. El teatro es el desarrollo de acciones inherentes a la mímesis; en este sentido, la dramaturgia compone acciones, no reales – en el sentido del mundo empírico, externo a la escena – sino que se crean en virtud de sí mismas, son puramente inventadas. Son acciones que existen únicamente en la medida que alguien las imita y no podrían existir sin ese acto imitador, carácter fundacional, me parece, del fenómeno teatral. No entiendo aquí, entonces, la idea de imitación en el sentido restringido que el término ha dado, forzosamente adoptando, sino que refiere a la idea de recrear, de dar vida a seres hechos de acciones y actos de palabras imaginados. La dramaturgia, entonces, sería un acto enunciativo, creativo, es teatro y no literatura, en tanto produce este tipo de pseudo/acciones, llevadas a cabo por pseudo/persona (los personajes), esto es, acciones y palabras enunciadas que han sido compuestas en virtud de la acción dramática. A partir de ello, podemos colegir también, que la dramaturgia no se articula en un discurso literario con el público, sino que comunica acciones.

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