Estudios y reflexiones desde entornos latinoamericanos

21 Ciudades como poemas, barrios como umbrales Héctor Ponce de la Fuente Universidad de Chile Estas notas, aquí expuestas a manera de introducción, señalan un interés por la ciudad en tanto espacio, pero también desde la proliferación casi infinita de representaciones y discursos que convoca su existencia en la literatura. Si bien he decidido ejemplificar mi lectura a partir de una selección de referencias poéticas del período de la dictadura cívico-militar chilena, también animan estas páginas algunos ensayos emblemáticos de Roland Barthes (1993), Raymond Williams (2017) y Richard Sennett (2019), los que actúan como referencias no sólo en términos teóricos sino, por sobre todo, como semblanzas, también creativas, respecto de la diversidad que constituye a las ciudades en tanto emplazamientos y formas activas de la vida social. Aunque separados aparentemente por el interés de sus aproximaciones, la ciudad emerge en estos autores en tanto expresión de una semiótica cruzada por los afectos, la biografía y la memoria sensorial. Son innumerables las sensaciones que producen en nosotros los barrios, particularmente aquellos cuya resonancia emotiva es reconocida por nuestra percepción corporal. Percibimos y sentimos la ciudad como un espacio-tiempo abigarrado de recuerdos; transitamos por un mismo camino descubriendo cada día nuevos lugares y habitantes; reconocemos una esquina y al mismo tiempo nos sorprende el diseño de un edificio mientras capeamos la lluvia debajo del techo de una iglesia. Sabido es que no hay forma de conocer una ciudad sino caminando, recorriéndola, idealmente sin un plan o proyecto definido con antelación. El camino como diferimiento o dilación, abierto a la incertidumbre de la próxima calle que nos conduce hasta un puente, o bien el mero discurrir de las galerías del centro, reminiscencias auráticas del camino ya trazado por Walter Benjamin en su Libro de los pasajes (2005). Las calles pequeñas o los pasadizos no conocidos entre una avenida y un renovado bulevar pueden generar en nosotros sorpresa, como también la angustia de quien reconoce no estar atento a los cambios repentinos, a la falta de atención sobre el entorno más recurrente. La ciudad es en buena medida lo que ya hemos leído sobre ella, y en tal sentido esos poemas o novelas que han marcado nuestra experiencia resuenan en cada paso que damos desde nuestra casa al café más cercano. Leemos y recorremos la ciudad como lectores de esa tradición literaria que nos habla sobre el tema, pero también como lectores del discurso que el

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