Estudios y reflexiones desde entornos latinoamericanos

153 contra de esta perspectiva acusada de metafísica. En cambio, la postura conductista parece tener un planteamiento más sólido, y ciertamente más adecuado a los estudios sociales de la comunicación. Este campo de investigación del comportamiento lingüístico de los hablantes es defendido y problematizado por el filósofo norteamericano Willard van Orman Quine (2001). Para este filósofo de la lógica, frente a un lenguaje completamente desconocido, el observador tiene acceso a los significados de las expresiones sólo si observa el comportamiento de los hablantes (a este experimento mental 52 lo denomina “ traducción radical ” ). Pero esta observación empírica implica el problema que Quine denomina “ indeterminación de la traducción ” , en donde cualquier sentencia (o expresión) de un lenguaje contiene información (contextual, estimulativa, experiencial … ) anterior a la expresión misma. Dicha información no es evidente para el traductor y, de ahí que, puede ser el caso que diferentes traducciones no equivalentes entre sí sean igualmente válidas para significar expresiones de un lenguaje. Esta cuestión entraña un tópico relevante en relación con el carácter de indeterminación: a saber, que “ es posible confeccionar manuales de traducción de una lengua a otra de diferentes modos, todos compatibles con la totalidad de las disposiciones verbales y, sin embargo, todos incompatibles unos con otros ” (Quine, 2001, p. 48). La conclusión del autor es determinante: no hay ningún criterio racional que permita ponderar un manual o hipótesis de traducción sobre otro, pues cada uno es coherente y relativo a un patrón observable. Una consecuencia acerca de la indeterminación de la traducción puede enunciarse de la siguiente manera: “ de un mismo lenguaje pueden ofrecerse dos (o más) gramáticas que no siendo equivalentes entre sí elemento a elemento, lo sean como totalidades en el sentido de que ambas dan cuenta de la conducta lingüística de los hablantes en todas sus situaciones de habla ” (Blasco, 1999, p. 165). Esta tesis problemática de la traducción parte de la indeterminación misma del contenido semántico de una sentencia o expresión proveniente de un lenguaje desconocido. Puesto que un lingüista no tiene el contenido referencial de dicho lenguaje, buscará en la 52 Para Quine es un experimento mental pues supone que, en la observación empírica de un lenguaje desconocido, el observador-lingüista siempre tiene la posibilidad de recurrir a intérpretes de la comunidad que faciliten la traducción y, por tanto, la correcta comprensión de los significados. Empero, el valor de imaginar las condiciones de una traducción radical permite pensar de manera más clara el problema filosófico implicado en la traducción (Cfr. Quine, 2001, p. 50 y ss).

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