Estudios y reflexiones desde entornos latinoamericanos

150 electrónicos y digitales), se asume además como el fundamento que conforma la identidad de los sujetos. Problemas epistemológicos de la traducción: anotaciones sobre la hipótesis Sapir-Whorf y la “ indeterminación de la traducción” de Quine La citada hipótesis Sapir-Whorf es un planteamiento desarrollado por las investigaciones lingüísticas de Edward Sapir (1954; 1958) y Benjamin Lee Whorf (1956), y da cuenta de la relación entre lenguaje-pensamiento y, asimismo, establece un punto de referencia acerca de la relatividad lingüística. El determinismo lingüístico esbozado por esta hipótesis conlleva problemas considerables en el desarrollo de la traducción: pues si cada lengua determina un modo de pensar el mundo, entonces en principio no hay un contenido del mundo compartido por dos lenguas diferentes. Un corolario de esta idea muestra problemas interesantes con respecto a la traducción: si cada lengua es un catálogo de la realidad, y es capaz de determinar una visión peculiar del mundo, entonces cada lengua edifica concepciones-pensamientos diferentes que no pueden ser traducidos. En su versión determinista, la hipótesis sostiene que el lenguaje constituye una estructura que delimita una visión del mundo. Esta perspectiva tiene como consecuencia que, si una lengua específica no tiene una palabra determinada para referir un concepto, entonces los hablantes de dicha lengua no podrán comprender ese contenido conceptual. Desde este punto de vista, para E. Sapir (1954), “ el lenguaje, en cuanto estructura, constituye en su cara interior el molde del pensamiento ” (p.30). Si bien en su cara externa el lenguaje es una forma general que permite establecer condiciones para la comunicación; empero, su cara interior implica que la lengua es un esquema estructurado capaz de modelizar la visión social del mundo. Ahora bien, esta versión radical de la teoría conlleva el cimiento de una versión relativista, en la cual se asume que la lengua constituye “ hábitos de pensamiento ” (Sapir, 1954, p. 247). En esta perspectiva, se reconoce la correlación entre lenguaje y pensamiento, pero al mismo tiempo se rechaza una relación causal entre ambas nociones. Se considera el fenómeno del pensamiento como una realidad ontológica mucho más amplia que el lenguaje, en la cual se manifiestan eventos mentales que no se circunscriben necesariamente a las condiciones expresivas de un lenguaje; sin embargo, se acepta la función del lenguaje como instrumento que permite comunicar los estados psicológicos y mentales de los individuos.

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