Estudios y reflexiones desde entornos latinoamericanos
15 Este es un tipo de miedo que muestra claramente el lugar y el rol de la mujer en la Edad Media y principios del Renacimiento y la imposibilidad de aceptar que una mujer no estuviera sujeta al poder del hombre, que pensara por sí misma o que ejerciera un oficio. En su estudio, Iuri Lotman (2008) ubica claramente esta persecución como parte de circunstancias históricas de corte cultural: el aumento del miedo contribuyó al éxito de la imprenta, que otorgó a la literatura demonológica una envergadura sin precedentes, así como la influencia de Oriente, el papel del descubrimiento de América y otras causas que hicieron que los miedos que se incubaban en la época medieval estallasen en miles de hogueras durante la época más “ilustrada” del Renacimiento y el Barroco, en vísperas del siglo de la Razón. (p. 13) De las brujas medievales a la persecución de los judíos y los moros en la España del siglo XVI, del caníbal al gitano, el indio, el gaucho, el travesti o el migrante, a los jóvenes, los pobres o los enfermos, siempre ha habido una figura problemática que ha concitado miedos colectivos más bien centrados en posiciones seudo objetivas o mayormente subjetivas (cuerpos y colectividades imaginados como violentos, extraños o diferentes). Silvia Federici (2018) señala bien que todas estas persecuciones tuvieron el fin de “ crear un espacio [ … ] donde los rebeldes potenciales se sintieran tan paralizados por el miedo, que aceptaran cualquier cosa con tal de no tener que enfrentarse a la terrible experiencia de aquellos que eran golpeados y humillados públicamente ” (p. 357). Una estructura de sentimiento Seguimos a Raymond Williams (2012) cuando decimos que el miedo construye una “ estructura de sentimientos ” , es decir, un hecho social significativo, “ un principio organizativo a través del cual una particular visión de mundo del grupo social que la sostiene, opera realmente en la conciencia ” (p.42). La clase media argentina tiene miedo en este momento (agosto de 2019) de que un “ pibe chorro ” (uso un término descalificante pero de uso cotidiano sin reflexión crítica) pueda asaltarlo o agredirlo en la calle. Este mismo pibe (no necesariamente ladrón ni marginal, pero sí desplazado socialmente) tiene miedo a que la policía lo mate por la espalda. La famosa
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