Estudios y reflexiones desde entornos latinoamericanos

142 El kitsch es mecánico y opera mediante fórmulas. El kitsch es la experiencia vicaria y las sensaciones falsas. El kitsch cambia de acuerdo al estilo, pero permanece siempre igual. El kitsch es el epítome de todo lo que no es genuino en la vida de nuestros tiempos (p.10). Un artículo más reciente sobre el uso irónico del kitsch en la publicidad de una marca de ropa nos da una pista para entender cómo algo original – el uso inédito e insólito de una metáfora desubicada – puede provocar esa reacción crítica, por la violenta colisión de cualidades o “ sabores ” incompatibles en la mentalidad perceana y en el imaginario radical de Castoriadis: Uno de las características notables del kitsch es el ser siempre unívoco, no ambiguo, y mortalmente serio. Es esa seriedad la que vuelve tan patético al kitsch . Y es a menudo su pathos lo que vuelve al kitsch ridículo [ … ] la ironía es incompatible con el kitsch. (Kulka, 1996, cit. en Arning, 2009, p. 27. Énfasis agregado del autor). Lo que llama la atención y provoca la lluvia de comentarios adversos formulados con humor, con ese tono ausente de la formulación del video de Pepsi es precisamente el narrar seriamente ese tono heroico y libertario para promover algo banal y prosaico, del todo ajeno a un movimiento social. Se puede afirmar que la conjunción de una celebridad asociada a la suprema frivolidad de nuestro tiempo y la acción reivindicadora cívica valiente, a riesgo de la propia vida, de los derechos de una minoría es algo “ original ” , pero también constituye una ilustración paradigmática de ese kitsch letalmente serio, que confía ciegamente en la fórmula de lo célebre y atractivo-joven como un arma infalible de persuasión en cualquier situación. Nos quedamos con la visión patética del don de la lata de Pepsi a un representante ficticio del brazo armado de la Ley injusta, que persigue a quienes son portadores de una diferencia que se declara sospechosa y condenada a priori. Si reunimos las dos nociones, la mentalidad acuñada por Peirce para analizar algo que es único y posibilista en toda mediación, en la acción sígnica que vuelve al mundo inteligible, y el imaginario radical de Castoriadis, como la capacidad icónica primaria en la manifestación de toda institución, obtendremos una fórmula operativa, con poder heurístico, y evitaremos la recurrente confusión con otros conceptos (iconografía, ideología, etc.). Ese podría ser el aporte del filósofo Castoriadis y del lógico Peirce:

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