Estudios y reflexiones desde entornos latinoamericanos
117 memorias de la dictadura y pensando en la institución escolar y en los enunciadores previstos: docentes y alumnos de la escuela a la que ellos asisten. Dice Finol (2006) que: hay una tensa negociación, conflictiva y contradictoria donde se articulan y rearticulan sin cesar nuevas formas y contenidos que, por un lado, vehiculizan los medios de difusión masiva y las instituciones establecidas (como la escuela) y, por el otro, de aquellas que forman parte de la tradición, del grupo y de la familia. (p. 40-41) Es siguiendo esta idea que identificamos dos dispositivos retóricos uno vinculado al deber ser, a la doxa, a lo establecido, al mundo adulto y dirigido a esos receptores previstos y otro suscrito desde el cuerpo, sostenido con la mirada donde los jóvenes posan y montan fotos donde ellos y su música son protagonistas. El modo en que posan, los elementos que portan y la música que eligen para el tramo final de los videos constituye un modo de firmar los textos que va más allá de sus nombres. Allí aparece el cuarteto, el rock, el rap, el trap , música en inglés que no es la esperada . A modo de conclusión Va a decir Héctor Schmucler (2006) que: ” un interrogante preciso vincula miedo y memoria:¿En qué sentido la memoria – en cuanto vivencia presente de algún pasado- puede neutralizar o dimensionar adecuadamente la parálisis que propicia el miedo? ” (p.288). ¿En relación con la memoria no podríamos pensar algo similar? La memoria, el relato del pasado no podrá, o en qué sentido puede colaborar a tener una mirada crítica acerca del presente. La memoria como una interfaz entre tiempos, espacios y generaciones diversas nos permite pensar en un dispositivo discursivo que, más allá de las conmemoraciones piensa el pasado como una luz, un relámpago que puede iluminar el presente. En esta lógica, es central tomar en cuenta las negociaciones y las apropiaciones, pues la memoria de bronce no sirve para nada, y la expuesta o impuesta desde el mundo adulto tampoco, es necesario que podamos pensarnos entre todos colectivamente como enunciadores de memorias y de presentes que nos ayuden a ver y a cambiar lo que no nos gusta. Por eso, como dice Juliana Enrico, es central la importancia de elaboraciones colectivas que exploran formas sensibles de transmisión y memoria mediante el recuerdo,
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