Estudios y reflexiones desde entornos latinoamericanos

112 en Ciudad de los cuartetos, donde los alumnos elaboran un video que está construido con fragmentos de imágenes tomadas con celulares donde se puede evidenciar los casos de abuso policial y detenciones arbitrarias por portación de cara, o de barrio. En estas escuelas, la selección de los temas, de la música, de las imágenes está claramente atravesada por lo que les pasa día a día por vivir allí. Los cuerpos en el territorio, escuela, barrio, colectivos diversos y medios de comunicación adquieren una significación particular cuando son tomados en relación con sus trayectorias personales, políticas, educativas, todas ellas consideradas desde su materialidad discursiva. El cuerpo no es considerado aquí como lugar de paso del sentido sino que, como toda interfaz, lo produce, altera y transforma. Su expresión es por momentos aberrante, excesiva, provocadora, y altamente placentera para los jóvenes. El cuerpo juvenil se encarna en la enunciación, pone toda la materialidad (física) al servicio del acto y con él del movimiento. Con esa fuerza pone en diálogo experiencias en y con la escuela, el barrio, los medios de comunicación y la propia condición juvenil. Así como hemos analizado producciones de alumnos de escuelas ubicadas en “ barrios ciudades ” , eufemismo del ex gobernador De la Sota para denominar a los terrenos donde se decide “ ubicar ” a los pobladores de erradicadas villas de emergencia con gran futuro inmobiliario, tenemos también textos audiovisuales de alumnos que viven en barrios donde se puede tener acceso a servicios como cloacas, alumbrado, transporte, espacios verdes como parques o plazas. Esos lugares los denominamos como zonas verdes porque tienen un libre acceso a servicios y espacios de recreación relacionados con el verde, además la libre circulación- asociada al semáforo con el color verde- que es restringida y a veces negada a los habitantes de zonas rojas. Más allá de la importancia del acceso a los servicios básicos y de la selectiva presencia del Estado para garantizar los mismos, nos interesa destacar el peso simbólico que tiene esta segregación territorial a la hora de pensar cómo a los jóvenes los constituye su lugar de pertenencia y ser de un barrio o de otro, o vivir en una “ villa ” , en una zona demarcada como “ zona roja ” impacta de una manera muy especial sobre la constitución de su propia identidad auto y heteroasignada. En las zonas verdes los textos propuestos también trabajan la discriminación, la mirada de los adultos que prejuiciosamente los marginan por su modo de vestirse, el tipo de música que escuchan, o el corte de pelo. En relación con los trabajos que, al hablar de la memoria, o sin nombrarla explícitamente abordan temáticas estrictamente vinculadas al presente, también podemos

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