Estudios y reflexiones desde entornos latinoamericanos

109 los adultos pues son ellos los que ostentan el testimonio, al decir: “ yo estuve all í” , lo que legitima inmediatamente el relato. Sin embargo, ya sabemos también de la enorme potencialidad de los jóvenes cuando necesitan y pueden contar. Jesús Martin Barbero (2006), en un prólogo a un trabajo sobre las juventudes y la violencia en Medellín, apunta a decir que aparentemente jóvenes y memoria serían palabras que no podrían juntarse y que: “ los adultos hemos hallado en la imputación a la amnesia de los jóvenes, una de las más socorridas escapatorias a nuestra incapacidad de hacernos cargo de nuestras incertidumbres y desazones ” (p.7). Reconociendo la perspectiva adultocéntrica que rige los estudios sobre juventudes y asumiendo la fractura generacional que nos atraviesa, nos interesa poder ver cómo los sujetos juveniles expresan resistencias, desvíos, disidencias e interrogantes y cómo sus prácticas logran problematizar el estatus quo , incorporando otras lógicas que lo desnaturalizan, proponiendo otros escenarios y dispositivos enunciativos. El uso político del miedo, en Argentina y en Latinoamérica también, transita habitualmente por los caminos del terror y más específicamente el de terrorismo de estado, de allí su vínculo con la memoria como referencia traumática ineludible al hablar de los procesos represivos contemporáneos. Sin embargo, también en la actualidad, el Estado impone el miedo y la represión de diversas maneras, algunas de las cuales recuerdan a pasados a los que no quisiéramos volver. Lejos de solamente evocar los padecimientos, algunos jóvenes trazan diálogos con el pasado, pero piensan e intentan modificar un presente que los interpela y que los reprime. Nos interesa pensar cómo la memoria puede operar como una interfaz entre los diversos dispositivos históricos, socioculturales, generacionales y territoriales que se articulan para evocar acontecimientos del pasado en un tiempo presente, altamente mediatizado. Las políticas educativas, mediáticas y territoriales configuran una trama donde se inscriben las prácticas de los jóvenes, y su intertextualidad con la cultura adulta. En este contexto, nos preguntamos de qué forma los jóvenes hacen sentido, qué modalidades adquieren sus prácticas discursivas en los diversos escenarios sociales, y en qué interfaces se articulan (Proyecto de investigación, SECYT, UNC 2018-2021). Para pensar la memoria como dispositivo, no solo nos centramos en las prácticas conmemorativas sino también en los sentidos políticos del presente que se activan a la hora de recordar el pasado.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=