Migraciones transnacionales: inclusiones diferenciales y posibilidades de reconocimiento
Buscando la regularidad migratoria en los márgenes del Estado – 89 permitió que miles de migrantes en Chile pudieran vivir y trabajar –entre ellos, 96.083 haitianos y haitianas en el 2016 y 2017 (dem, 2018b)– pero también que otros miles de migrantes compraran un contrato de trabajo con el fin de alcanzar la regularidad migratoria. Estos antecedentes dan cuenta de la importancia del marco regulatorio y las políticas de Estado en la configuración de las interaccio- nes entre migrantes y el estado chileno. Marco Teórico: Problematizando las relaciones entre migrantes y el Estado a través de la etnografía de prácticas burocráticas ¿Cómo podemos comprender etnográficamente las relaciones entre migrantes y el Estado? La antropología de las migraciones, en el marco de las teorías del ca- pitalismo global (Ong, 2003; De Genova, 2005) y la biopolítica gubernamental (Inda, 2008; Fassin, 2011; Foucault, 2008), ha analizado cómo los flujos de las poblaciones en movimiento problematizan la idea de que la circulación de las personas alrededor del mundo es suave, sin roces ni obstáculos. Como observa Aihwa Ong (1999), la movilidad transnacional está entrelazada con la realidad teórica y práctica de los Estados-naciones –con sus sistemas legales y jurídicos, burocracias, instituciones económicas, modalidades de gobernanza respectivos– controlando así las poblaciones viajantes móviles y residentes inmóviles. Asimis- mo, las migraciones transnacionales han problematizado el carácter territorial y delimitado de la ciudadanía a los Estados-naciones (Rose, 1996; Soysal, 1994), debido al creciente movimiento de personas a través de sus fronteras, desdibu- jando los límites y distinciones entre migrantes y ciudadanos. Si bien el concepto de “ciudadanía” puede ser comprendido en sentido am- plio y diverso 7 , éste se ha expandido más allá del horizonte nacional para incor- porar las diferencias y desigualdades que emergen en la migración de las personas alrededor del mundo, e incluso interrogando la utilidad de dicho concepto. La incorporación de migrantes como ciudadanas y ciudadanos en los nuevos Esta- do-naciones no está siempre asegurada, manteniendo su status de residentes-ex- 7 Alejándose del concepto liberal y moderno de “ciudadanía social” de T.H. Marshall (1950), aca- démicos han propuesto nuevas maneras de conceptualizar la idea de ciudadanía: como la distri- bución de poder en la vida cotidiana (Holston, 2008), valores políticos y sociales (Yuval-Davis, 2006), legitimaciones sociales de pertenencia en tanto promesas de inclusión y reconocimiento (Hansen, 2015), participación en entidades gubernamentales y cívicas (Lazar, 2013), entre mu- chos otros.
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