Migraciones transnacionales: inclusiones diferenciales y posibilidades de reconocimiento

Intervención social con migrantes en zonas extremas – 61 apoyo también se pudo constatar que existen préstamos de una red de apoyo de connacionales, principalmente en la zona, para compra de medicamentos, o viajes a Coyhaique o la Región Metropolitana en algunos casos para visitas de especialistas. En el caso de la población haitiana se verifica un apoyo constante en personas connacionales que hablan creole, tanto para acudir a las citas médicas como para la explicación de recetas y diagnósticos médicos, ante la inexistencia de traducto- res/as formales desde la institucionalidad. Como señalamos anteriormente, esto evita que sea el servicio público el que se haga cargo del problema, delegando en el trabajo no remunerado de parte de la comunidad haitiana de la zona. Se verifica cierta incomodidad en algunas mujeres haitianas que deben acudir con traductores, generalmente hombres y no cercanos, a sus citas médicas. En ese sentido, también se visualizan algunas agencias particulares de interventoras de salud que recurren a conocimientos específicos de “francés” o bien desarrollan de forma artesanal y espontánea, cartillas de traducción. Dentro de los relatos también se enfatiza constantemente que se evita al sis- tema de salud: esto quiere decir que ante las experiencias no del todo positivas respecto de la atención de salud y las posibilidades de acceso en relación a sus horarios laborales, sólo utilizan el sistema en caso de “emergencias”. Conclusiones A partir de los resultados podemos señalar que cuando se habla de territorio, migración y Estado, queda en evidencia un cruce de configuraciones que operan al unísono: por un lado, cómo en territorios no centrales la oferta programática de salud tiene deficiencias que son evidentes para la población en general, pero que afectan específicamente y de manera diferenciada a la población inmigrada, ante las condiciones socioeconómicas en las que se insertan, la falta de redes de cooperación que pueden establecer en dicho espacio y las construcciones socia- les del “sujeto migrante” como un sujeto diferente, extraño, ajeno (Santamaría, 2002) y amenazante. En ese sentido, existen indicios de que, en zonas extremas como Aysén, se configuran ciertas “trampas territoriales”, es decir una baja oferta programática del Estado y baja capacidad de selección de las personas residentes. Resulta importante asumir una perspectiva territorial en la gestión e imple- mentación de las políticas públicas en salud para poder reconocer los factores sociales y culturales que caracterizan a la región, pero también incorporar nuevas formas de distribución de recursos que para este caso consideren las necesida-

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=