Migraciones transnacionales: inclusiones diferenciales y posibilidades de reconocimiento

48 – migraciones transnacionales y/o aisladas no poseen una estructura que viabilice un modelo de desarrollo ho- mogéneo en relación a otras regiones (Soza y Correa, 2014). Así, existirían zonas más invisibles para el contexto nacional, donde las políticas públicas se harían más débiles (Urquieta, 2017). Hasta ahora cuando en Chile se estudia la vinculación entre territorio y mi- gración, generalmente se visualizan tres elementos: i) las altas concentraciones residenciales en algunas zonas del país, coincidiendo con los grandes centros urbanos; ii) las condiciones materiales desfavorecidas de ciertos espacios en tér- minos del aislamiento, la estructuración de guetos, la falta de servicios básicos y de oferta del Estado, condiciones de habitabilidad, entre otras; y iii) la disputa cultural en algunos territorios entre la población nacional y extranjera. No obs- tante, se ha escrito incipientemente sobre los traslados de la población migrante a otras regiones del país –más cuando éstas tienen el carácter de extremas/ais- ladas–, donde la presencia extranjera es menor, aunque culturalmente signifi- cativa, y además donde las intervenciones sociales públicas son estandarizadas, siguiendo patrones de zonas céntricas del país. Considerando lo anterior, la rele- vancia de este capítulo es la de evidenciar las tensiones de la intervención social pública con población migrante en la región de Aysén, para visualizar la articu- lación de dinámicas de inclusión/exclusión de personas extranjeras a partir de la intervención estatal en la atención sanitaria, pero considerando la condición territorial donde se insertan. La globalización ha hecho girar el foco de los análisis geográficos y sociales. En estos giros, resulta importante re-pensar los impactos que tienen, por ejem- plo, estos cambios globalizadores en espacios periféricos no centrales (Côté, Klein y Proulx, 1995), el significado de esa posición periférica en relación a la ac- tuación pública y las estrategias de quienes viven en relación a esa consideración periférica. El análisis social del territorio nos ha mostrado que las desigualdades provocan disfuncionalidad en el territorio (Wilkinson y Pickett, 2009), al de- teriorar las relaciones sociales, la vida comunitaria, la actividad política y eco- nómica, el buen desarrollo de políticas públicas, la movilidad social, entre otros factores. Esta disfuncionalidad en los territorios nos remite a un viejo debate respecto de las dinámicas de inclusión y exclusión que se instalan en las socieda- des neocapitalistas. Considerando una perspectiva compleja de esta dinámica, y evitando centrarse en una lógica binaria -inclusión v/s exclusión, se debe poner atención a la capacidad y límites de elección de las personas en relación a las alternativas que brindan los territorios en relación a su disponibilidad institucio- nal y programática. Continuando, es posible asumir una mirada interseccional, en tanto pers-

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