Migraciones transnacionales: inclusiones diferenciales y posibilidades de reconocimiento

Habitando e imaginando desde un Santiago pluricultural segregado – 33 así como de colombianos y dominicanos: “Si bueno, mi vecina arriba son venezolanos, hay un vecino, pasa que es como un conjunto residencial y hay varios edificios pequeños, el edificio es pequeño, como… o sea sí he visto, he visto dominicanos, venezolanos, y otra familia venezolana, y ahora los conserjes que son venezolanos” (Andrés). “Ese edificio yo creo que fue lo que más me marcó, un edificio tan gigante para vivir hacinados. Literalmente, vives hacinado. En el ascensor, tienes que hacer fila porque te topabas con veinte personas haciendo fila pah subir dos pisos, ¿cachay? Entonces claro, este es un edificio un poco más chico, un poco más privado, las ter- minaciones son distintas, mejor acabado, el trato del conserje es distinto, el conserje te conoce, en el otro el conserje, olvídate, qué te iba a conocer entre como doscientas personas, ahí. Eso yo creo que más que nada en cuanto a diferencias… ” (Luis). Se plantea que cuando llegaron no era tan habitual ver migrantes, pero que, durante los dos últimos años, la presencia de otros latinoamericanos se ha vuelto más patente, visible, encontrándose –por ejemplo, en los supermercados– más extranjeros incluso que chilenos: “De hecho, aquí es extraño en el centro que escuches a un chileno, aquí todos son venezolanos, peruanos, colombianos, de cualquier lugar menos de Chile”. “Totalmente, o sea a comparación de hace dos años y un poquito más, no era tan común ver por lo menos venezolanos, pero ahora no sé, tú vas en el ascensor o vas ca- minando por la calle, en el supermercado, los que quedan cerca, los mini-market, en todos lados consigues venezolanos, y obviamente lo descubres de una vez por cómo hablan y todo lo demás”. Segregación laboral, y movilidad espacial y socioeconómica ascendente “Hay que empezar de cero”, es un dicho muy característico de los inmigrantes venezolanos. Tiene que ver con el perfil que los caracteriza como profesionales, algunos altamente calificados, pero que para insertarse en la sociedad chilena tienen que empezar con trabajos que muchos “nunca se imaginaron haciendo”. Todos tienen la intención de poder dedicarse a su profesión y recuperar el estatus que poseían en Venezuela. Como ilustra Mary: “Acá soy secretaria, recepcionis- ta… allá era la jefa”:

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