Migraciones transnacionales: inclusiones diferenciales y posibilidades de reconocimiento

La música migrante y la movilidad artística en el paisaje sonoro – 303 adoptado pronto por la mayoría de los investigadores interesados en la investi- gación acústica y musical para registrar cantos transmitidos sin la intervención de códigos escritos; su uso generalizado se efectuó –entre especialistas europeos y norteamericanos– después del impacto que causó Béla Bartók (1979, p. 169), compositor y estudioso de la música y de danzas bálticas y centroeuropeas, quien demostró las diferencias existentes entre las transcripciones musicales realizadas a partir de registros sonoros previos y las efectuadas sin esos recursos El acelerado desarrollo de la tecnología del sonido desde la Segunda Gue- rra Mundial, y su posterior comercialización en todos los continentes (Gelatt, 1977), influyeron en ámbitos mayores, hasta hacer del fonorregistro una técnica indispensable en muchas actividades de investigación, en particular la etnomu- sicología (Nettl, 1954). Con todo, en México la tecnología siguió sin ser aprove- chada por investigadores de la cultura, interesados en la literatura oral o por los sociólogos de la música. Hasta la década de los años setenta se creyó que el antropólogo alemán Kon- rad T. Preuss, en los inicios del siglo xx, no habría realizado grabaciones en la región de los coras y los huicholes. Sin embargo, después se localizaron sus graba- ciones en Berlín ( Jáuregui y Neurath, 1998). Después de ellos, vinieron diversos investigadores de la música indígena y de la literatura oral mestiza, e iniciaron una nueva etapa en sus indagaciones en los años sesenta; esa nueva etapa signifi- có la grabación de cintas magnetofónicas de lo relatado por sus informantes y su transcripción posterior sin correcciones de léxico o de estilo. En México, salvo honrosas excepciones, los estudiosos centrados en la cul- tura transmitida oralmente y por imitación, no han advertido la importancia de efectuar registros sonoros y de contar con acervos de esa índole, es decir, con el equivalente de los archivos que indagan sobre la cultura escrita 14 . Conclusión: la música en diáspora La música migrante se nos presenta como un agente de transformaciones en la sociedad fronteriza. Sobre decir que las personas migrantes son el motor de di- chos cambios, mediante el nacimiento de nuevos grupos y de nuevas diásporas que se instalan y, sobre todo, construyen nuevos referentes identitarios a todo lo largo de la sociedad fronteriza. Como antes comentamos, la música de los migrantes se afianza en diáspora; grupos que en el afán de proteger su entorno 14 Las iniciativas encaminadas a formar fonotecas no fructificaron sino hasta los años setenta.

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