Migraciones transnacionales: inclusiones diferenciales y posibilidades de reconocimiento

288 – migraciones transnacionales Antecedentes La música es una expresión de nuestra cultura. La naturaleza intangible de este “objeto”, la convierte en un objeto que viaja y se mueve desde las grandes ciu- dades del planeta, hasta los lugares más recónditos y escabrosos de la geografía mundial. El estudio de la movilidad musical pude parecer una perorata, sobre todo sabiendo de antemano que sus características están hechas para desplazarse fácilmente a través de las fronteras. “En el mundo entero la migración musical no es algo novedoso, todas las me- lodías, los instrumentos, sonidos y géneros musicales se han movido incesante- mente a todo lo largo y ancho de la historia de la humanidad. Sin embargo, en la actualidad los medios para difundir estas músicas han facilitado la apropiación de los mismos en lugares muy distantes de los que se produjeron originalmente”. (Olmos, 2012, p. 11) Además de la movilidad inherente a sus propiedades inmateriales, la música debe su movimiento, sobre todo a que se trata de un lenguaje que evoca las fibras más sensibles de la naturaleza humana y, por lo mismo, se refugia sutilmente en la memoria y en los afectos de múltiples generaciones. Sin embargo, la música no siempre viajó de la misma forma y con las mismas funciones y significados en todas las sociedades Actualmente, es posible encontrar millones de melodías tradicionales, con antecedentes melódicos similares o idénticos, a melodías que se interpretaban hace cientos de años, o más, tal como lo atestiguan, por ejemplo, los reperto- rios de música popular europea contemporánea, con piezas renacentistas; o en el caso de Latinoamérica de piezas de la tradición popular inspiradas en melodías del periodo barroco. Dicho fenómeno los encontramos prácticamente en todas las culturas de todo el planeta (ver Arbeau, 1546; González, 1989). En trabajos de investigación anteriores estudié la difusión de rasgos musi- cales de las culturas indígenas del norte de México y sur de los Estados Unidos (Olmos, 1998; 2002; 2003; 2011). En dichos pueblos, basados en sociedades de tipo tradicional, analicé el estilo musical del desierto a partir de los fenómenos artísticos regionales vinculados con manifestaciones míticas que, entre otras co- sas, se presenta como metáfora del modo de vida experimentado por los grupos nativos del noroeste mexicano. Entre ellos, los tohono o´odam , los comcaac o los cucapá del estado de Sonora. Siguiendo a Murray Shaffer (1977), un grupo de investigadores constatamos

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