Migraciones transnacionales: inclusiones diferenciales y posibilidades de reconocimiento
Trabajo al por mayor: Migrantes haitianos en el Mercado Lo Valledor – 229 (2000), como una etapa postfordista de desreglamentación del funcionamiento del mercado ocupacional y, junto con ello, se produce “el avance de la nueva división internacional del trabajo inmaterial (y de los servicios generados por la economía del conocimiento)” (Pochmann, 2011, p.106). Es así como persiste el fenómeno de la “perennidad del trabajo” donde “cada vez menos hombres y mujeres trabajan mucho, a un ritmo e intensidad semejantes a la fase pretérita del capitalismo” (Antunes, 2000, p.34), con lo que el trabajo estable consolidado en la fase industrial se diluye en esta modernidad hiper-flexibilizada, pero no se logra eliminar la esfera del trabajo vivo –la mano de obra. La población que se desempeña como mano de obra toma esta posición en el espacio laboral a partir de elementos socio-culturales que construyen el perfil de este trabajador. Así como se ha acrecentado el nivel de alcance educacional en la población latinoamericana –y, por ende, la posibilidad de optar a empleos que requieren mediana o alta calificación–, la contraparte de esta población queda relegada a los empleos que requieren menor calificación –y conllevan mayor des- protección–, asegurando la reproducción de las estructuras sociales que aún no logran prescindir de este trabajo precario. Como señala Carolina Stefoni (2016), la conformación de este perfil laboral es contextual pero también intencionada, pues “para disponer de esta mano de obra barata y desechable es necesario, an- tes que nada, construirla como tal” (p.68). Se conforma un “ejército de reserva mundial de mano de obra flexible” (Schierup et al., 2015), construido a partir de los requisitos de trabajo vivo y los intereses de perpetuación sobre este grupo a escala transnacional. El fenómeno de “Tercer Mundo a domicilio” (Wallerstein & Balibar, 1991) caracteriza esta migración laboral, que responde tanto a los in- tereses individuales del migrante como a los requerimientos del país de destino. En vista de las particularidades de la región, el término “trabajo” lo compren- deremos como concepto ampliado segúnDe la Garza (2010), pero reducido a una dimensión estrictamente laboral; ello quiere decir, como una serie de actividades que signifiquen una retribución económica y que impliquen un proceso de crea- ción de valor de uso o sean mera disciplina instrumental o coercitiva, a la vez que se planteen como autotélicas o que permitan la subjetivación y realización perso- nal. La laxitud del término se debe a que en la realidad latinoamericana histórica- mente se han hecho presentes formas de trabajo que escapan de las definiciones conceptuales relativas a la economía clásica, como el empleo informal o autoem- pleo, que responden a esta incorporación desigual de la población al mundo del trabajo. Tales condiciones originan lo que Pok & Lorenzetti (2007) denominan “inserción laboral endeble”, que refiere a la vulneración de algún principio de la relación laboral tradicional, facilitando la exclusión del trabajador.
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